Los números en materia económica del país están todavía muy lejanos y cada repartición procura demostrar que está haciendo lo mejor.
La Dirección de Aduanas presume de que tuvo ingresos más importantes que los meses anteriores, tratando de insuflar ánimo a una economía que, sin embargo, se está quedando sin recursos, que no tiene dinero para pagar a las sacrosantas viajeras, y vamos camino de nuevo a un pedido de endeudamiento de parte del Ejecutivo al Congreso.
Están hablando de casi US$ 1.000 millones que se sumarán a los US$ 1600 millones del año pasado y harán de que realmente sea imposible seguir pagando la deuda con lo que ingresa el Estado en términos de impuestos.
Lo que vemos en realidad es un Estado que no tiene ninguna imaginación ni capacidad para hacer los recortes y los sacrificios para adentro, para dejar de robar, por ejemplo, que el Banco Interamericano afirma que se roba la misma cantidad de dinero que se prestó el año pasado.
O sea, si simplemente se hubiera dejado de robar al interior del Estado paraguayo, no hubiera necesidad de ningún endeudamiento ya el año pasado, y menos todavía en las condiciones actuales, esto debe dar paso a una cuestión que sea profundamente racionalista, reformadora de la estructura del Estado, le duela a quien le duela, porque no es suficiente con decir pobrecito, donde van a trabajar los 350 mil que deberían ser sujetos de análisis, entorno de capacidades, ni tampoco que siga siendo la manera de sostener al Partido Colorado y sus votos.
Es el tiempo del pensamiento orientado hacia las cuestiones de interés nacional y no a las cuestiones de interés partidario, de lo contrario, el endeudamiento nos terminará acogotando.