Comentario 3×3
La normalidad que pueda emerger del Covid-19 es todavía una cuestión que surge sólo en la especulación de aquéllos que comienzan a dar algunas ideas de cómo tendríamos que enfrentar con mayor éxito. Hasta ahora los economistas se buscan a aquellos países que van a ser menos afectados por el coronavirus en su economía y quiénes podrían ser los que más rápido salgan de ella, pero para eso habría que estar curados, y la cuestión vivencial de este concepto sería ver cuán eficaz es la vacuna y en cuánto tiempo se inocula a la mayor parte de la población que pueda volver a entrar en el mismo treme económico-productivo que era antes de la pandemia.
En las condiciones actuales en realidad es muy difícil decir qué forma tendrá dicha circunstancia. Los que esperan que volvamos pronto a la vieja normalidad son los que establecen horizontes más próximos, y aquellos que todavía creen que podríamos construir nuevos imaginarios e nuevos paradigmas están soñando con algo diferente que mejore notable y sustancialmente las condiciones de vida de la población a nivel mundial, lastrada por los casos de inequidad y de injusticia.
Es el tiempo de buscar aproximar entre el optimista que quiere que retorno de todo y rápido y pronto, y aquellos que creen que es importante construir algo distinto y mejor al que hemos tenido hasta ahora.