Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
La larga cuarentena que pasa el Paraguay ha podido demostrar en términos concretos ante la gente que hay dos cosas que hacemos muy mal, una gestionamos las cosas desde lo público en un Estado lleno de personal supernumerario, 320 mil de ellos se encuentran registrados y durante más de 60 días, solo trabajó el 60% y no tuvimos ningún inconveniente grave que lamentar.
Hay muchas cuestiones que dejaron de hacerse por la burocracia, pero nos demostró que podíamos hacer muchas de esas tareas usando la tecnología y no humillando al ciudadano en largas esperas, largas filas, empleados públicos de mal humor que maltratan a sus mandantes, todo esto podría ser innecesario con el empleo de la tecnología.
Buen momento para practicar hemos tenido, se han dado clases usando la tecnología, se hacen deliberaciones del Congreso, conversaciones del Ejecutivo, y muchas reuniones corporativas, o sea, podemos hacer muchas más cosas utilizando la tecnología que la simple cuestión de pasatiempo, se estuvieron distribuyendo millones de dólares a través del procedimiento, y si hay algo que a la gente si le importa es que les llegue el dinero en tiempo y en modo.
El Paraguay debe cambiar profundamente después de esta pandemia, haciendo que la tecnología un aliado, alguien que esté al servicio de la gente y que pueda hacer disminuir el parasitario esquema del sector público que se lleva aproximadamente unos US$ 5000 millones anuales, es una cantidad inmensa.
La otra cuestión es que hay que aprender a comprar teniendo estándares de rigor, de transparencia, y sobre todo, de capacidad y eficacia por parte del Estado para que no se sigan creando empresas de maletín que engañen al mandante, el que paga sus impuesto que casi siempre ha visto de manera cotidiana y rutinaria la corrupción en estos procedimientos y aun peor en este tiempo de pandemia.
