Cuando una dictadura es reemplazada por una tiranía
A finales de los ’70 del siglo pasado, la guerrilla de “los muchachos” que luego se identificaría como Movimiento Sandinista de Liberación de Nicaragua, extirpó del poder a un dictador sanguinario y corrupto, Anastasio Somoza, ultimo producto de una dinastía que gobernó el país gran parte del siglo XX. El mundo saludó este hecho histórico que emuló, diez años después de ocurrido, la entrada de los hermanos Castro a La Habana tras derrocar a Fulgenio Batista. Casi una replica digital de aquella gesta cubana que también el mundo celebró, sólo para enterarse un lustro más tarde que los flamantes lideres de la revolución se alineaban con Moscú y el marxismo leninismo, dando inicio a una de las dictaduras más largas de la historia de América Latina, que aún perdura.
“Eso no va a ocurrir en Nicaragua” se decían muchos, viendo en los hermanos Ortega, Humberto y Daniel, los héroes que habían liberado la nación de Rubén Darío. Pues bien, ocurrió lo que nadie imaginaba. La noche del pasado miércoles 2, la policía entró al domicilio de Cristiana Chamorro – dirigente política de la oposición y favorita en su carrera hacia la presidencia- imponiéndole arresto domiciliario por orden judicial.
¿Quién es Cristiana Chamorro? Es la hija de una líder histórica del post somozismo, Violeta Barrios de Chamorro, y del periodista Pedro Joaquín Chamorro, director del diario La Prensa de Managua, asesinado por el régimen somocista en 1978. Violeta fue presidenta de Nicaragua entre 1990 y 1996 al frente de una coalición opositora al ya radicalizado movimiento sandinista.
La heredera de los Chamorro fue confinada en su domicilio minutos antes de ofrecer una reunión de prensa en la que se proponía denunciar el bloqueo impuesto a su candidatura a la Presidencia.
Sobre Cristiana pesan varios cargos, entre ellos, lavado de dinero. La policía también allanó, en una acción de similares características, las oficinas de la revista Confidencial, opositora al régimen de los Ortega que venía denunciando el permanente hostigamiento a Cristiana Chamorro, cada vez mejor posicionada en las encuestas.
Así está la Nicaragua “liberada”: candidatos sacados de carrera con artimañas judiciales, patoterismo paramilitar, medios silenciados y periodistas perseguidos como criminales. Crónica negra de un país que salió de una dictadura para caer en una negra tiranía.