Un filtro inventado por los seres humanos para fortalecer la seguridad y control de lo que y quienes entraban a un país llamado aduanas o migración es común pero otro filtro más duro es el que se aplica para capturar a la persona que ingrese a un territorio extranjero sin visa ni identificación o razón oficial.
Tuve la oportunidad de observar un documental muy fuerte que se encuentra abierto para el mundo por youtube sobre una tren que parte de la frontera sur de México hacia la frontera norte con los EEUU llamado “la bestia” que muestra cómo miles de centroamericanos intentan cruzar ilegalmente México en camino hacia los EEUU. Son duros, peligrosos y difíciles momentos, lugares y personas en el viaje rumbo a un espacio de oportunidades. Es un tren de carga al que se montan miles por dia buscando llegar a cómo sea al país del “sueño americano” que puede acabar en una pesadilla en el camino o llegando al mismo. Algunos creen oportuno pasar ese sacrificio para dar a sus familias una mejor vida que es lo que no encuentran en sus países.
No todo lo malo empieza, continúa y termina en el viaje en “el tren de la muerte” o también conocido cómo “la bestia” por las cosas terribles que pasa y vive el pasajero si es que llega con vida a su destino. Debe superar a los delincuentes que roban, los narcos que trafican con ellos, violaciones a mujeres y robos a sus sueños y esperanzas.
Ahora desde Inglaterra se publica que los controles de migrantes en autobuses y carreteras de México se declaran racistas e ilegales, convirtiendo no solo ilegal la entrada de indocumentados sino hasta el sistema que existe para filtrar su ingreso a territorio ajeno a ellos.
Evitar la pesadilla
En un fallo histórico se dio en el caso de tres jóvenes indígenas mexicanos detenidos y acusados bajo sospecha de ser migrantes guatemaltecos. Guatemala no es el único país del cual salen los pasajeros, sino también Nicaragua, El Salvador y Belice, que juntos ya suman según la ONU casi dos millones de indocumentados que tratan de ingresar a los EEUU.
Desafortunadamente no hay sistemas, programas e intenciones políticas para evitar o reducir la migración de un lugar a otro cómo se dió y da entre Paraguay/Argentina o Paraguay/España donde ya hay más de 85 mil compatriotas viviendo o sobreviviendo lejos de su hamaca, terere, familia y lugares y gente con la que habitualmente coexisten.
Hay que hacer que los nuestros se realicen en sus países para no tener que pasar por la pesadilla de “la bestia” o tren de la muerte que lleva a todos a un viaje hacia el infierno. Mejorar la vida en nuestros lugares de origen es la clave y eso debemos hacer pronto y rápido. Tenemos casi dos millones de paraguayos viviendo fuera lo que significa un gran fracaso cómo paìs.
