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La palabra devaluada

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No hay integridad moral, sólo oportunismo electoral

En enero de 2020, el Presidente Mario Abdo Benítez vetó in totum la ley que le remitiera el Congreso sobre la conversión de la reserva natural Morumbí en tierras para repartir entre sus invasores. El jefe del Ejecutivo se había allanado, en esos días, a lo que establece el Estatuto Agrario y las leyes ambientales, en el sentido de que al declararse a una extensión determinada de tierras área silvestre protegida, ese carácter lo conservan a perpetuidad. De hecho, la ley que habían intentando dinamitar los legisladores se había aprobado cuando Marito presidía la cámara de Senadores.

Pero ahora, soplan otros vientos, el clima cambió y el Presidente de la República no tuvo empacho en atropellar su propia ley permitiendo que se la reemplazara por otra de nuevo cuño, la 6.739 que acaba de firmar y que hace tabla rasa con el carácter de “reserva natural protegida a perpetuidad” de un gran pedazo de Campos Morombí, entregándolo a los invasores que la vienen depredando desde hace más de 10 años, arrasando el bosque Atlántico, instalando aserraderos ilegales y plantando en su lugar centenares de hectáreas de marihuana. Pero eso no es todo. A esta grotesca violación del orden jurídico, el presidente de la República y los legisladores sumaron otro atentado al transplantar al Ministerio de Desarrollo Social una función que no le pertenece, la de administrar tierras expropiadas. El Estatuto Agrario le prohíbe al Indert afectar a la reforma agraria, vía expropiación, tierras constituidas en reserva natural para la preservación de la fauna o de la flora, las cuales son intransferibles y sólo utilizables con fines científicos, culturales y turísticos. Así que los “creativos” del Congreso decidieron puentear al Indert y redondear el más grande escándalo jurídico del que se tenga memoria.

A este cesto de basura Marito le puso la firma. Tal vez los propietarios de Campo Morombí, hartos de tanta manipulación política disfrazada de “reforma agraria”, se queden en el molde y eviten accionar ante este atropello repulsivo del orden institucional. Con ello, el despojo se completa y el Paraguay queda como uno de los más grandes violadores de sus compromisos ambientales a nivel mundial, que además expone a un presidente incapaz de sostener la palabra empeñada.
La integridad moral se ha desvanecido. Sólo quedan negocios y oportunismo electoral.
Dan asco.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.