El nivel de desencanto de la ciudadanía hacia la política es cada vez mayor y se ha agravado durante el tiempo de pandemia donde los viejos vicios de la política tradicional, en vez de haberse moderado, se han ido agravando, y es el tema -por ejemplo- del robo del despiadado las arcas públicas, incluso en circunstancias dramáticas que costaron más de 18.000 muertos por la pandemia, más de la mitad de los fallecidos en la Guerra del Chaco que duró un total de tres años.
La política tiene que hacer un nuevo pacto, una nueva alianza con la sociedad con sus mandantes; si continúa con lo mismo, sí cree que simplemente con pagar es suficiente para lograr la confianza y el voto de un ciudadano hambreado y en situaciones cada vez más lamentable, la democracia no tiene posibilidad de ser sostenida y será finalmente degradada por algún populista o algún fascista.
Nos jugamos mucho en los comicios del año 2023, con una economía destrozada, con un pueblo desanimado, con unos partidos políticos vaciados y con un dinero sucio cada vez más activo como actor central de la política criolla.
Es el tiempo de refundar la política del Paraguay, y para eso hace falta un nuevo pacto entre los políticos, la política y sus mandantes, los ciudadanos.
