En la ANR se están perfilando dos candidatos fuertes, Santiago Peña y el vicepresidente Hugo Velázquez, pero en la oposición no hay figuras, solo Efraín Alegre, cuya imagen representa una división para el PLRA, principal partido de oposición del Paraguay.
En el Partido Colorado no hay figuras nuevas. Presentan figuras desgastadas. Pero en el Partido Liberal tampoco, salvo la intención de Harrison, que no prosperó. Fuentes cercanas a Efraín señalaron que él se lanzaría de nuevo como candidato para las presidenciales del 2023, pero su imagen no resulta atractiva. Tampoco será capaz de unificar a los liberales.
Pero pensando bien, la oposición tiene dos desafíos, el primero es conseguir un candidato potable, con buen perfil; y el otro es lograr la unidad con todos los sectores de la oposición, que será un desafío muy grande. Al respecto, el senador por el Frente Guasu, Sixto Pereira, ya advirtió que es imposible una alianza electoral con el Partido Patria Querida, al cual calificó de derecha. Esas declaraciones nos dan una señal que será complicada la unidad de la oposición. Sin la unidad no hay fuerza política.
Los partidos políticos deben entender que hace falta nuevas caras, nuevas figuras y nuevos liderazgos. Y lamentablemente, la mayora de las veces se descuida esta parte.
Los partidos tradicionales y los denominados tercera fuerza política cometen los mismos errores, mientras tanto los electores se quedan con poca oferta electoral, que lo se traduce en baja participación. Pero algo es contundente, si la oposición no se une, será difícil el panorama político para el 2023.
