Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Una de las cuestiones sobre las que más hemos hablado durante estos días es la facilidad del Estado o de los que hacen parte de él de robar lo que es de todos sin importarle para nada ni las condiciones de pandemia ni de grave situación económica por la que atraviesa toda la sociedad paraguaya.
Pareciera no les importara para nada ni el momento ni las circunstancias, si tienen la oportunidad de manotear algo lo van a hacer sin piedad y sin que esto implique para nada ningún tipo de carácter ético ni moral, ya que ni hablamos de la cuestión legal debido a que en el Paraguay solo el 1% de las personas que cometen un delito tienen la posibilidad de ser condenadas, la impunidad es extraordinariamente grande en el Paraguay y paga muy bien, especialmente en la economía del crimen al delincuente o a la delincuente en particular.
Si nosotros no sacamos de esta experiencia pandémica algo que realmente cambie nuestra manera de percibir lo colectivo y de entender que el Estado como administrador de nuestro dinero nos debe honestidad, austeridad y transparencia, habremos perdido la última oportunidad en mucho tiempo para hacer de este instante y este momento un Paraguay diferente al que anhelamos todos los que buscamos el mejor porvenir del país, si perdemos esta oportunidad que nos interpela en nuestra propia dimensión humana y no lo vemos en relación con el otro, y especialmente en eso que llamamos Estado que para muchos está muy distante y constituye una entelequia, reitero, habremos perdido una gran oportunidad de hacer las cosas de manera diferente en el país.
