Comentario 3×3
La política exterior comienza a perfilarse de la mano de un Departamento de Estado Norteamericano que vuelve a ratificarse con que valores esta y con que no comparte. A buscado un mecanismo para demostrar que Maduro no es necesariamente un gobierno con el que simpatice Estados Unidos y tampoco ningún tirano que haga un golpe de estado como aconteció en Birmania a pesar de las fuertes acusaciones autoritarias de su presidenta. Estados Unidos vuelve a hablar fuerte, en temas que tienen que ver con la democracia global e incluye además los temas de preocupación de carácter colectivo como la cuestión medio ambiental.
Aquí en nuestro país se buscan pretextos después de las intensas lluvias, para decir que cualquier cosa que se haga como obra pública será finalmente arrasada por las contingencias climáticas que padecemos y que eso escapa de nuestra posibilidad de control, cosa que tampoco es cierta.
Estados Unidos a través de Biden había adelantado su posición crítica ante el gobierno de Bolsonaro por la deforestación que acontece en la Amazonia. El Paraguay es uno de los países deforestadores más grandes del mundo, o sea que la responsabilidad por los cambios climáticos no es solo solamente de afuera sino también de nosotros aquí adentro. Si nosotros no entendemos las tendencias, sino actuamos en consecuencia los poderes políticos sufrirán bastante a lo largo de este periodo en la administración norteamericana.
