No se trata de memorar un momento o hecho en particular sino en poder hacerlo o enfrentarse con el dilema de no poder hacerlo. La memoria es y juega un papel importante siempre no solo al trabajar o estudiar sino sobre todo en nuestra relación social. Recordar desde lo realizado con alguién, nombres, lugares, tiempos o acontecimientos es lo que fortalece relaciones y asegura la continuidad de las mismas que a su vez pueden significar permanecer en un círculo de amigos, seguir en un empleo o despedirse del mismo.
Existen distintos tipos de memoria y son:
- La memoria sensorial: que recoge estímulos externos a partir de nuestros sentidos
- Memoria a corto plazo: retiene por un breve tiempo no superior a 30 o 40 segundos una información, es habitualmente utilizada en el trabajo
- La memoria a largo plazo: que codifica y retiene la información por un tiempo más largo.
Años atrás sufrí un accidente que dañó mi cabeza y por ende afectó mi capacidad de tener memoria a corto o largo plazo entre otras funciones que tiene nuestra mente. Lo que me obligó a cuidar y trabajar el aspecto de memoria para volver a socializar sin dramas. Me llevó a revisar actividades y/o alimentos que debo hacer o consumir para volver a tener una buena memoria para trabajar y socializar sin dilema.
Una tarea compleja
En la vida cotidiana, el cerebro almacena información en un estado temporal denominado memoria de trabajo, explicó David Gallo, catedrático de Psicología en la Universidad de Chicago. Mantener una conversación telefónica mientras se prepara una receta para cocinar, por ejemplo, significa malabarear varias tareas a la vez en la memoria de trabajo. Una que nada tiene que ver con actividades que hacen uso de otro tipo de memorias que también sirven y no debemos estar utilizándose mal o confundiendolas en sus funciones para así terminar con dolores de cabeza u otro tipo de malestar que produce la cabeza cuando se molesta con nuestras demandas.Las mismas que deben adaptarse a nuestros organismos y características psicológicas o físicas.
La mayoría de la gente solo puede retener cuatro o cinco pensamientos o tareas a la vez en su memoria de trabajo, señaló Gallo.
Pero a menos que esos pensamientos pasen por un proceso cerebral llamado codificación, no se guardarán en la memoria a largo plazo de manera permanente cómo eventos que consideremos importantes o por razón emocional se imprimen en nuestra mente.
El proceso de codificación consiste en crear conexiones significativas entre las neuronas y requiere una amplia memoria de trabajo. Conexiones que pueden darse por simples detalles cómo el color de la vestimenta de la persona o clima que existía en un acontecimiento específico y así sucesivamente, lo que hayamos escuchado, visto o sentido en un momento determinado y no necesitaría medicarse o asistir a terapias cognitivas para recuperar su memoria.
Una herramienta de suma importancia que existe en nuestra mente que coordina el funcionamiento de nuestros sentidos, movilidad, nuestras emociones, nuestro pensamiento y muchas tareas fundamentales para lograr buenos resultados académicos o sobresalir en público por tener bien desarrollada nuestra memoria. Lo hacemos todos los días sin darnos cuenta y también cuando la perdemos.-