La profesional Sabrina Ayala conoció el mundo de la belleza de la mano de su
madre, una abogada muy “fanática de la coquetería”, quien era muy cercana a la
estilista Rommy de Ahlers. Debido a esto,su niñez se vio muy influenciada por la
estética.
Imitando lo que aprendió en los salones de belleza, Sabrina fue perfeccionado por sí
misma sus técnicas de peinado y maquillaje, durante su adolescencia. Hasta que,
en la primera edición del Asunción Fashion Week, donde colaboró en el área de
logística, llamó la atención de una reconocida maquilladora argentina Mabby
Austino, quien la adoptó posteriormente como su pupila y mano derecha para
montar sus emprendimientos en Paraguay.
“Recuerdo que fui a Buenos Aires con Mabby y, en vez de quedarme una semana,
me quedé un mes. Ella me enseñó todo. Con ella recorrí canales de televisión,
estudios fotográficos y pasarelas. Esa experiencia reafirmó mi gusto y mi amor por
este trabajo”, comentó.
Tras su experiencia en el vecino país, Sabrina abandonó su carrera universitaria de
diseño de productos y optó por dedicarse de lleno a su pasión: el maquillaje y los
cosméticos.
Con años de experiencia y empeño en el rubro, luego de integrar la escuela de
maquillaje de Mabby Austino, Sabrina se animó a desarrollar junto a otro estilista
“Blow Hairstyle”, su emprendimiento estético actual. Esta iniciativa coincidió con el
nacimiento de su primera hija, que la acompañó durante todo el proceso.
“Yo me juego mucho cuando vienen las propuestas. Ante desafíos así yo pienso y
rezo. Consulto con Dios y el corazón para luego arriesgarme. Siempre pienso que
en el riesgo está la ganancia. Tras años de compartir tormentas y buenos
momentos, somos hoy un equipo fuertísimo, desde hace ocho años”, destacó.
Una vez que se afianzó como profesional en el rubro del maquillaje, la profesional
se capacitó como cosmetóloga y cosmiatra. Además, en la actualidad, creó una comunidad en las redes sociales, donde brinda consejos prácticos sobre el cuidado
de la piel.
“Me gusta mostrarles a las mujeres a través de estos espacios y mis clases de
automaquillaje que pueden ser felices con su belleza auténtica. Tenemos que usar
estos espacios para ayudar a las mujeres que quieren esconderse a través de la
estética”, expresó.
Con miras al futuro, la profesional sueña con la idea de seguir capacitándose como
profesional en el área de la cosmetología.
“Hoy mi meta es reforzar y consolidar mis conocimientos cosmetológicos, porque yo
soy nuevita en esta área. Quiero seguir disfrutando de mis hijos y consolidándome
en la parte estética maquilladora y cosmiatra”, concluyó.