Comentario 3×3
La verdad en torno a los temas sanitarios, aunque dolorosos resulta tremendamente importantes a la hora de emprender políticas públicas. No hemos tenido esa capacidad durante este tiempo de pandemia y ahora nos enfrentamos al reto de la vacunación masiva, que requerirá una gran capacidad de logística, una movilización de sectores amplios de la sociedad paraguaya para que pongan en ejecución una vez que se decidan qué vacuna comprar y en qué tiempo comenzarán a vacunar varios países en el mundo.
Ya comenzaron dicha tarea. Chile será el primero en América Latina. Los argentinos tuvieron que patinar ante la afirmación de Vladimir Putin de que la vacuna rusa que iba a ser comprada por la Argentina no es eficaz para personas mayores de 60 años. Por eso el Putin, de 68 años, no se ha puesto la vacuna aún.
Si miramos también lo que aparece en Estados Unidos, donde la carrera parece más sólida, la FDA aprobó en su consejo la utilización de la vacuna de Moderna, que tiene grandes ventajas porque requiere un nivel de mantenimiento de cámaras frigoríficas entre 15 y 25 grados bajo cero, diferente al de la pfizer, que requiere una cámara frigorífica de 70 bajo cero, pero Paraguay debe decirle a la población qué vacuna es la que va a comprar, en qué cantidad y cuándo llegará entre nosotros.
Un periódico prestigioso internacional afirma que las condiciones actuales y así como andan las cosas, que Paraguay podría empezar su vacunación recién en el 2022, que nos parece una fecha extremadamente lejana. Cuando uno observa los graves destrozos que está realizando la pandemia, no sólo en el ámbito sanitario, sino también en toda la economía.