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Paraguay sigue pidiendo vacunas a quien pueda darlas. En este caso, los españoles dicen que van a venir con otra dosis importante de AstraZeneca y los qataríes también han entregado una cantidad determinada, y seguimos así. Tenemos donaciones que vienen de Colombia, de Chile, de México, de Estados Unidos, en la mayor cantidad de ellas, de la India, habiendo tenido la gran cantidad de recursos económicos para hacer los trámites respectivos.
En febrero de este año, los gobiernos de Uruguay y Paraguay estaban en las mismas circunstancias, agobiados por lo que se veía venir con el tema del Covid-19. Abdo voló a Montevideo y se encontró con Lacalle Pou y desde allí, según lo dijo la fuente oficial, Abdo habló con Putin pidiéndole vacunas Sputnik. Le había prometido que llegaría. Pagó por dicha cantidad, pero no llegó.
Los uruguayos más astutos buscaron encontrar fuentes de vacunas que no sean únicamente las rusas y les ha ido muy bien. Más del 75% de la población uruguaya se encuentra vacunada, Paraguay el 20%, o sea, que desde febrero a este año los uruguayos nos han vuelto a dar una lección y una cátedra de cómo hay que operar en el terreno político.
Un país de tres millones y medio de habitantes, la mitad de la población paraguaya, sin embargo, tiene un Gobierno más diligente, con una mayor capacidad de gestión y por supuesto, puede enfrentar circunstancias como las actuales, con mejores éxitos. Al nuestro, lo único que le queda es rezar y esperar donaciones.