El trabajo de justicia es tedioso, lleva tiempo, trabajo, concentración y la capacidad precisa y exacta de tomar una conclusión que sea lo suficientemente justa para sentenciar o no a alguien por algo en particular. En Paraguay lastimosamente el hacer justicia es difícil ya sea por la ineficacia de las instituciones donde se encuentran personas que de por si no son justas o métodos de trabajo que no están regidos por las leyes que son quebradas por los mismos empleados que deben no solo seguir los pasos expresados claramente por la norma que no es respetada ni seguida cómo manda, haciendo número de la gran cantidad de pendientes que tiene por esto. Casos que esperan una respuesta que no haga depender de una justicia que no se destaca por cumplir bien lo que la ley dice al respecto de sentencias o medidas a ser tomadas por o para un caso objetivo. Lo de pronta y barata es un ideal absolutamente distante.
Necesidad de cambios
En los palacios de justicia en el país se acumulan de documentos y empleados y no de soluciones que den a este poder. Un verdadero poder de presencia social es lo que carece con una debilidad en los gobiernos que venimos teniendo, que prestan mayor atención a problemas propios o de personas en particular dejando de lado al ciudadano común que depende de la equidad de una justicia que en vez de sumar casos terminados y sentencias hechas, acumula documentos, empleados y casos. Tenemos un déficit de justicia enorme y conste que solo el 5% de los casos llegan a los tribunales y de eso solo el 1% recibe sanción. Es un escándalo pero es la realidad.
Se publican en periódicos la ineficiencia de un poder que no tiene espacio ni tiempo para dejar pendientes trabajos que esperan una respuesta, desde los casos más básicos de divorcio o demandas cívicas hasta aquellos de tono político que aun teniendo portadas de periódicos siguen en la agenda cómo pendientes, desanimando tanto a funcionarios cómo hasta el mismo ciudadano que pierde fe en su justicia.
La injusticia promueve la corrupción amontonado casos no resueltos en sus edificios y agravándose en las formas de trabajar de los funcionarios lo que demuestra la necesidad de grandes transformaciones en la organización de la justicia que ya tiene muchos deberes pendientes para con la ley y el ciudadano. Nuestro sistema de justicia debe cambiar pronto y rápido sino queremos continuar atrapados por el crimen