Foto: ADN Digital
La justicia paraguaya sigue siendo un problema grande.
Cuando un Presidente de la República, como Duartes Frutos dijo vamos a pulverizar la justicia, echó a seis ministros de corte e incluyó a otros seis provenientes de acuerdos políticos con otras agrupaciones que impulsaron un juicio político que ahora, la Corte Interamericana de Derechos Humanos considera en el caso de dos demandantes, Bonifacio Ríos y Carlos Giménez Gadea, de que no se aplicó a las normas de los convenios internacionales de los cuales el Paraguay es signatario.
Ahora se viene un problema enorme, quién va a pagar las resultas de este juicio. ¿Van a pagar los responsables, el Presidente de la República de la época, con los diputados que dieron vía libre al juicio político? Lo vamos a pagar todos los contribuyentes de nuevo, con una falla de la estructura jurídica nacional. ¿No será que el propio Ríos, que es el único sobreviviente de los dos, reclame su silla en la Corte Suprema de Justicia, y diga “No solo, ustedes se dan cuenta que me echaron mal y deben resarcir económicamente todo lo caído, sino además me deben reponer en el cargo de Ministro de Corte”.
Todo este desaguisado se armó porque se inició con la expresión de “vamos a pulverizar la justicia”. Lo ideal sería que, Duartes Frutos, de su peculio, termine honrando la deuda con su compueblano, Bonifacio Ríos Avalos.