Todo parece muy relajado, sencillo y cómodo con las empresas de plataforma hasta que tenés un problema, un accidente de tránsito en un vehículo Uber o en una moto siendo trabajador o trabajadora para Pedidos ya, por ejemplo. Cuando se registra un inconveniente comienza la pesadilla.
Vehículo de Uber, miércoles 7 de octubre a las 6 horas, rumbo al trabajo, accidente de tránsito. Una joven, Ana Ojeda de 22 años, quedó con fractura de mandíbula, fractura de cráneo, corte de gran magnitud en la frente y un hematoma en el cerebro, y hasta ahora nadie se responsabiliza por ello.
Los irresponsables de la plataforma Uber Paraguay no se hacen encontrar, solo dieron un correo electrónico a la familia para que por ese medio la Fiscalía se comunique con la empresa, pero para sorpresa, o no tanto, la fiscala del caso Teresa Sosa nada está haciendo al respecto porque considera que se trata de un hecho para la acción penal privada.
¿Los vehículos de Uber no deberían tener seguro para accidentes? ¿Quién y cómo se controla el cumplimiento? ¿En qué condiciones laborales trabajan los dueños de los vehículos y el conductor para Uber? y la gran pregunta ¿Dónde están los responsables de Uber?
La llaman economía colaborativa, un eufemismo que suena muy lindo pero que oculta una cadena de irregularidades para proteger a los dueños de estas plataformas que obtienen rentabilidad alta, riesgo mínimo y asumen cero responsabilidades.
Conversando con personas que trabajan como deliverys también relatan la total indefensión, por ejemplo cuando son víctimas de asalto, sufren accidentes o se enferman. Las empresas de plataformas no los reconocen como trabajadores y trabajadoras, no tienen ingreso fijo, no tienen seguro social y menos apoyo cuando tienen problemas.
La uberización de la economía provoca la deshumanización y banalización de la vida. Modernidad, evolución y uso de tecnología no tienen por qué ser sinónimos de irresponsabilidad. Las empresas lucran y como tal deben ser reguladas y controladas, pagar impuestos y cumplir las leyes laborales.
Ante el auge de estas empresas el Estado debe intervenir, regular, controlar y priorizar la vida digna. El Ministerio del Trabajo respecto al cumplimiento con los trabajadores y trabajadoras. Las Municipalidades respecto a las condiciones de los vehículos y el seguro. Hacienda respecto a los impuestos. Las plataformas son empresas y como tal deben ser tratadas, y siendo la vida el bien más preciado que tenemos todos y todas como sociedad debemos protegerla y respetarla.
