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La ilegalidad nuestra de cada día

De las cosas singulares que ocurren en este país todos los días, prácticamente nada nos termina sorprendiendo de manera tan grande como la facilidad de realizar evasión y el lavado de dinero ante la mirada complaciente de las autoridades nacionales.

El detenido Hijazi decía incluso que tenía a sueldo a los policías que se encargaban de actividades domésticas y comercialización de sus productos.
Si vemos la descripción que hace la Secretaría de Justicia de los Estados Unidos, vemos a todos metidos ahí: políticos, encargados de aduanas, autoridades de tributación, policías, fiscales y jueces. En definitiva, no tenemos República y esa es una cosa muy grave.

No tenemos un Estado de Derecho que esté guiado por la norma, ni tampoco voluntad alguna de hacer que eso funcione. Me imagino que para un libanés venido al Paraguay, viendo que las condiciones son tan fáciles aquí, contratar a policías para que sean mandaderos de muchas de sus actividades comerciales es la mejor manera de llevar adelante, sobre todo para demostrar que tiene poder.

La ilegalidad ha convertido al Paraguay en una forma de vida, que ha vuelto natural que uniformados o personas con altas distinciones, como los jueces y fiscales, estén completamente a las órdenes del crimen y del delito. Estos hechos delictuosos son los sirvientes de la ilegalidad.

Benjamín Fernández Bogado
Benjamín Fernández Bogadohttps://benjaminfernandezbogado.wordpress.com/
Doctor en derecho, periodista y profesor universitario. Ha realizado estudios de post grado en las Universidades de Navarra (España), Oxford (UK) Minnesota, Syracuse y Harvard de los EEUU. De esta última ha sido Visiting Scholar en el 2008.

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