miércoles, abril 24, 2024
23.8 C
Asunción

La ignorancia

Citando a Sócrates: Sólo existe un bien: El conocimiento. Sólo existe un mal: La ignorancia.

El problema no es la religión, el poder, la libertad, el dinero o la pobreza. Es la ignorancia. Ese es el único enemigo a ser combatido.

Ignorancia + Religión: Terrorismo

Ignorancia + Poder: Tiranía

Ignorancia + Libertad: Caos

Ignorancia + Pobreza: Crimen.

A partir de esas declaraciones, podemos indicar que lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos, por nuestras familias, por nuestro país y por nuestro mundo, es saber, conocer, sacarnos la ignorancia… Buscar la verdad, investigar, preguntar, redargüir, cuestionar, etc, etc. Aprender a darle “pienso” a las cosas. Obtener nuestros propios argumentos, comparar opiniones y conceptos, así como posturas.

Todo esto está a disposición de cada uno de nosotros, no precisa ni exclusivamente a la gente que va a la Universidad, por ejemplo. Hay una sabiduría milenaria que corre por nuestras venas, tenemos en nuestro ADN, la una chispa divina de hombres y mujeres sabios/as que han caminado por esta tierra, la cual podemos activar a voluntad.

De nosotros depende no conformarnos con lo que hasta hoy creemos que sabemos, yendo más allá de lo que nos quieren hacer creer, e incluso, de lo que el inconsciente colectivo cree. Como individuos, debemos alimentar el pensamiento libre, elevado, ya que todos tenemos esa capacidad, salir de nuestra zona de confort y exigirnos utilizar el cerebro para evolucionar.

Hay tanto que damos por hecho, que nunca siquiera nos atrevemos a cuestionar… Aunque es lo más fácil decir “si” y aceptar todo lo que nos dicen y culpar luego al primero que encontremos. En lugar de ver qué podemos hacer para solucionar la situación, primero preguntándonos cómo llegamos a ella, luego viendo qué errores cometimos y la forma de no volver a cometerlos, aprendiendo de ellos, normalmente nos inclinamos a mirar las consecuencias y no el por qué ni como se originaron.

Hay preguntas profundas tanto a nivel individual como social, que el sólo hecho de empezar a ahondar en ellas, nos llevará a iniciar un camino de crecimiento tan satisfactorio que nunca más querremos salir de ahí. Y como todo se rige por una cuestión de siembra y cosecha, mientras más crezcamos por dentro, más creceremos por fuera. De esta manera, dejaremos de ser títeres del inconsciente colectivo o de cualquier persona, gobierno, “elite” o asociación que nos pretenda dominar. Pasaremos de ser “víctimas” a ser “creadores”, seremos los capitanes de nuestra alma y los guardianes de nuestra consciencia.

(Que se entienda que hablo de manera generalizada para no herir susceptibilidades).

 

 

Leti Martínez Bogarín
Leti Martínez Bogarín
La magia de tu corazón | Mentora y escritora

Más del autor