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La IA busca ser humana

La inteligencia artificial (IA) una rama de la informática que diseña tecnología que imita la inteligencia humana, intenta aproximarse o ser similar a usted y yo para facilitarnos trabajos, gestiones o lo que, cuando y donde necesitemos para lograr diseñar, desarrollar y terminar algo a tiempo y bien. 

Es una herramienta más cómo la pantalla que tiene frente a usted y por donde me lee, trabaja o se comunica con algún ser humano del mundo, uno que piensa distinto a las máquinas porque sentimos y transmitimos nuestras ideas y apreciaciones de manera distinta a cómo lo haría un dispositivo, que no vemos, escuchamos o sentimos frente a nosotros.

Para aproximarse más a nuestras características en Japón, los científicos japoneses dan a los robots una cara más carnosa y una sonrisa. Ingenieros de la Universidad de Tokio crearon una máscara facial a partir de células de piel humana y la colocaron en robots. El material es lo bastante flexible para convertirse en una mueca o en sonrisa. Esto ayudaría a hacer o intentar hacer más humanos la relación y trato entre artefactos y usted y yo.

Algo que queda por experimentar y ver sus resultados con el tiempo y aplicación de las caras humanas a los artilugios que usamos para trabajar, ordenar, limpiar, diseñar o comunicarnos con alguien con inteligencia, emociones y cuerpo real. 

Buscan humanizarla

El grupo de ingenieros japoneses intenta que los robots imiten una expresión muy humana: la sonrisa, un logro que sigue estando muy lejos para que la IA sea una real y lo más humana posible cómo sus padres, hermanos, abuelos, tíos y compañeros de trabajo o estudios. 

La expresión, mueca o gesto humano lo vemos en nuestros emojis para transmitir por medio de estos alegría, satisfacción, repudio o insatisfacción con un mensaje recibido.

En Japón ya crearon una máscara facial a partir de células de piel humana y la colocaron en robots mediante una novedosa técnica que oculta la unión y es lo bastante flexible para convertirse en una mueca o en una sonrisa.

En ese país hay 3,9 millones de robots industriales que trabajaban en las líneas de ensamblaje de automóviles y electrónica y en otros entornos laborales, compartiendo espacio y tiempo con otras personas que pueden agotarse de escuchar o ver siempre a una máquina que se comporte cómo tal siempre y no logre improvisar un gesto humano para hacer natural y cómoda una jornada laboral.

Un subconjunto del total de robots incluye los llamados humanoides, máquinas diseñadas con dos brazos y dos piernas que les permiten trabajar en entornos construidos para trabajadores humanos, como fábricas, pero también en los sectores de la hostelería, la salud y la educación.

Ahora se aproximan más a nuestra condición por tener ese gesto que hace bien a quien lo haga y observe porque la risa aumenta la oxigenación del cuerpo, estimulando el corazón, el cerebro, los pulmones y los músculos. También hace que el cuerpo produzca analgésicos naturales, como endorfinas, serotonina y dopamina, que pueden aliviar el dolor, reducir el estrés y la ansiedad, y mejorar el estado de ánimo. 

No dude en hacer ver su sonrisa porque resulta ser un medicamento natural, gratis y productivo para usted y quien lo perciba o escuche.

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