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La guerra más mentida y dibujada

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Hace hoy 123 años, la guerra hispano-norteamericana arrancaba en el campo de batalla. Un mero trámite. EE.UU. había estado trabajando largamente en su habitual plan comercial de comprarse nuevos territorios y quería hacer lo mismo con Cuba.

Ya lo había logrado en el pasado: Louisiana a Francia en 1803 por US$ 23 millones, La Mesilla a México en 1854 por US$ 10 millones y Alaska a Rusia en 1867 por 7,5 millones de dólares. Cuando intentó hacer lo mismo con Cuba, España le dijo “nones” porque la isla seguía alimentando un caudaloso rio de negocios con la Metrópoli.

EE.UU. debió entrar entonces al sendero de la guerra inventando un conflicto inexistente. Para ello necesitaba la “colaboración” de los periódicos más influyentes de la época. Esta idea prendió de inmediato en William Randolph Hearst, propietario de una cadena de 28 periodicos de cobertura nacional. Hearst comisionó a La Habana a Frederic Remington, ilustrador y escritor especializado en historias del Oeste. “Mandeme escenas de las atrocidades españolas en Cuba” fue la orden.

Como Remington no halló nada de eso, sugiriéndole que estaba perdiendo tiempo, Hearst le cablegrafió esta frase que pasó a la historia: “Usted mándeme esos dibujos y yo le daré una guerra”.

En ayuda de Hearst vino la explosión del acorazado norteamericano Maine, surto frente a La Habana. Al día siguiente millones de lectores se enteraron que un buque de EE.UU. había sido hundido por los españoles mediante un “artefacto secreto”. A partir de allí todo fue coser y cantar.

Las noticias llegaban a torrentes y cuando le volvieron a sugerir que el clima no era tan belicoso como el que presentaban sus diarios, Hearst respondió: “Yo hago las noticias”.
En España, los periódicos no fueron menos activos en este conflicto que duró del 25 de abril al 12 de agosto de 1898.

“Los historiadores que han estudiado este período -documenta Elena Lowy Kirschner, de la Escuela de Periodismo de la Universidad Complutense- coinciden en responsabilizar a la prensa de una parte importante de la derrota ante los Estados Unidos y la posterior pérdida de las posesiones españolas en América y en el Pacifico”.

Unos la fraguaron y otros la perdieron. La guerra de Cuba fue durante meses pasto del sensacionalismo de los diarios de Hearst -el Ciudadano Kane de Orson Welles- y también de la prensa española, que tampoco ahorro historias y caricaturas.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.