La candidatura de las personas que no tienen militancia política u outsiders está a la moda. Por lo general, los outsiders tienen gran presencia pública y tienden a generar mayor confianza de los ciudadanos. Con la llegada de la televisión al país, en la década de los 60, se fueron creando figuras conocidas y mediáticas que incursionaron a la arena política.
Los outsiders son considerados como amateur de la política. Y si bien siempre es buena la alternancia, hemos notado que éstos al ocupar un espacio público terminan cometiendo los mismos errores que los políticos de los partidos tradicionales. ¿Nos preguntamos por qué?
La respuesta es fácil. Se debe a dos elementos: La falta de preparación o la inexperiencia política y también porque caen en la tentación de querer lucrar a costa del estado, que los lleva a cometer actos ilícitos.
Los outsiders han representado una esperanza a la ciudadanía, en un país en donde abunda la injusticia y la corrupción. Muchos de ellos terminaron mal, generando inestabilidad política, que trae consecuencias en el plano económico, social, que finalmente son pagadas por el pueblo.
El antecedente más reciente es el de Mario Ferreiro como intendente de Asunción, que tuvo que renunciar a la administración de la comuna el 20 de diciembre del 2019, tras el escándalo de la recaudación paralela, que fue denunciado por el sociólogo Camilo Soares. El esquema era manejado supuestamente por los sobrinos de Ferreiro, Mauricio Ferreiro y Fernando Ferreiro.
El caso de Fernando Lugo también fue muy visible, que no culminó su mandato. Fue destituido vía juicio político el 22 de junio del 2012. Su principal error, su soberbia y la falta de liderazgo político. Nunca dimensionó que dependía del PLRA para tener gobernabilidad. Y que la figura del Parlamento tiene fuerza.
Hugo Javier, gobernador de Central, es otro outsider cuya gestión es cuestionada por la una serie de irregularidades en la rendición de U$S 1.000.000.
Necesitamos de políticos comprometidos, responsables, preparados y transparentes. Y si son outsiders, que al menos se tomen el tiempo de elegir a buenos asesores.