El material reflexiona sobre nuestra hermosa cultura, donde se debe tomar consciencia que es urgente y necesario diseñar un proyecto creíble que tenga en cuenta a la Educación como política de Estado, que sea capaz de involucrar a los diferentes actores de la sociedad, empresarios, políticos, agentes de prensa, padres de familia y educadores.
El material a ser puesto en consideración de la opinión pública es de la autoría del Sr. De los Santos Lima; los responsables auspiciadores del acto y del libro respectivo son la Fundación Centro Trascender y Casa Paraná.
“Lejos de querer compararnos con algunos de estos autores, Educar para la Trascendencia, desea simplemente despertar la conciencia y encaminar hacia un objetivo bien preciso, a aquellos paraguayos que seguimos teniendo la esperanza de transformar nuestra Nación.
Después de hacer un rápido recorrido por nuestra tierra, seguramente observaremos no solo los avances económicos y territoriales de naciones vecinas, sino también la pérdida de nuestras tradiciones culturales debido al avance tecnológico y la irrupción de los valores de otros pueblos”, indicó el autor del libro.
Sostuvo además que se debe tomar conciencia porque que detrás de estos avances está en juego la pronta desaparición de las. “Por eso, instalar la educación como cuarto poder, es un imperativo improrrogable si queremos salvar nuestra cultura. Es cierto, puede parecer un sueño, una utopía e incluso una locura, porque no hay otra experiencia precedente, desde 1789, con la revolución francesa, en la que vimos caer la monarquía, dando lugar a los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial”, explicó.
Es sabido que los cambios que se han producido en los últimos tiempos, han sido en el campo de las ciencias, la tecnología, la política, la salud, el mundo jurídico y empresarial; todos avanzaron vertiginosamente al ritmo de los nuevos tiempos; sin embargo, la educación ha sido la que menos ha cambiado en los últimos cien años.
“Debemos tomar conciencia que hace 150 años una guerra nos robó la Patria soñada, y desde ahí, nunca más logramos pararnos con entereza; por eso, hoy tenemos la magnífica oportunidad de creer que por medio de la Educación podemos retomar aquella Patria anhelada, y juntos preguntarnos: Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará? Si no lo empezamos ahora, ¿cuándo se hará? Y si no lo hacemos juntos ¿cómo se hará?”, subrayó
“Sabemos que la educación es un derecho humano fundamental, y es mucho más que una simple obligación que la sociedad o el estado impone a sus ciudadanos a través de una ley. ¡No hay ser humano sin educación! Ésta es una condición ontológica de la dignidad de cada persona. La educación es tal cuando hace explícito el sentido trascendente de la vida y le otorga una direccionalidad que permite orientar el ser y el hacer de las personas”.