Muy hablado y cuestionado últimamente, más bien el nivel con el cual están creciendo los educandos y cuál es el determinismo con el que se administra. Partiendo de la base de que la educación debe ser materia prioridad de análisis y aplicación, si no existe una buena calidad de la misma, no corresponde siquiera hablar de un progreso económico o social, aquí hilamos todo, desde la condición social hasta la administración del Ministerio de Educación y Ciencias.
Lo más resaltante del presente texto es que a nivel mundial el Paraguay se encuentra entre los peores administradores de la educación de un país, por supuesto, hacer comparaciones rápidas con lo que fue el Paraguay de antes hasta puede resultar absurdo sin adentrarse en los factores de cambio, por tanto, a continuación, tenemos varios puntos resaltantes y las consideraciones pertinentes para una mejor educación partiendo de estas bases.
Infraestructuras, políticas de inserción escolar, apertura de centros educativos para edades fuera del rango y capacitaciones a los capacitadores. Actualmente se encuentran aún en impulso, pero con muchas mejoras que realizar, considerando que incluso se rechaza el hecho de que los alumnos “se aplacen”, es decir que la política utilizada actualmente consiste en que el alumno al obtener la más baja calificación (uno), de igual modo “puede avanzar”, a mi consideración, esto se debe a que los países más avanzados (primer y segundo mundistas), aplican esto a la formación de sus ciudadanos, por lo que contundentemente y por razones lógicas no se puede aplicar en nuestro país.
Daños permanentes de los educandos aún seguimos permitiendo y fomentando, considerando que los mismos serán quienes decidan sobre el futuro de la Nación Paraguaya.
Por otro lado, los maestros no reciben la suficiente capacitación e incentivo para mejorar el sistema educativo, siguen simplemente el ordenamiento precedente y antiquísimo instalado como base, el cual peca de desfasado y que por cierto, todo haciendo referencia al incentivo salarial o monetario, son los peores pagados dentro del rango sudamericano de acuerdo al ranking WEF. Por supuesto, no teniendo el incentivo económico necesario ni la capacitación requerida, el sistema educativo contiene a educadores a puro pulmón, quienes abrazan la profesión con esperanzas de las mejoras mínimas requeridas. Adentrándose al ranking, cabe destacar que el Paraguay se encuentra fuera del mismo, ¡Ni siquiera figura! Pero de tan mala que se encuentra esta situación, por lo tanto, nada más queda el arraigo al ranking de los peores en la educación mundial.
Al Paraguay le hace falta mucho en cuanto a educación, partiendo de la base de que el propio Ministro de Educación y Ciencias deba ser un especialista en la materia, con amplia trayectoria y reconocimiento, que se implementen las políticas enfocadas en una verdadera reforma educativa, que la corrupción ya no sea la base del sistema, que por sobre todo la visión de los educadores radique en que los educandos lleguen a ser mejores que ellos y que la educación sea un arte, base de una gran Nación como la nuestra, capaz, fuerte y con una gran esperanza de mejora y representantes comprometidos con los objetivos en conjunto.
