Comentario 3×3
A nuestro país le cuesta mucho la formalización porque no cree en el Estado y en su capacidad de administrar de forma honesta y correcta los impuestos de cada uno de nosotros.
Eso se puede observar ahora con la ayuda de G. 548 mil o programa Pytyvo a cuentapropistas que se quedaron sin empleo durante el Covid-19. La gran mayoría prefiere seguir trabajando en negro, no tributar nada de impuestos a la Secretaría de Estado de Tributación, antes que formalizar su condición de tal.
Esto también nos debe llevar, desde la perspectiva de lo que hay que mejorar notablemente, que es la calidad de gestión del Estado, muy acostumbrado a los hechos de corrupción que todos los días tiene alguna cuestión que realmente te demuestra que no tiene voluntad de servicio, y donde cualquier papel requiere siempre de un gestor o alguien que deba aceptar para que el propósito de cumplir con la norma se realice.
Es muy difícil que la gente llegue a percibir que trabajar en blanco y cumplir con las obligaciones tributarias es una manera de cambiar esta perversa ecuación que nos empobrece a todos.
A la par de que el Estado pida que cada uno se registre con un ruc para recibir el pytyvo y pague G. 20.000 por esa condición de tal, el Estado también nos debería anunciar con bombos y platillos una gran reforma en su interior y especialmente grandes recortes en esa dichosa masa de funcionarios y sus privilegios.