Las notables limitaciones que tiene un país como el nuestro en materia de salud y de educación son tan graves, tan anteriores a este Gobierno, pero tan acrecentadas durante el mandato de Abdo.
Lo que hemos visto durante su administración, que es realmente un balde de agua fría a la democracia, es una notable incapacidad de gestionar el Estado, incluso en las cuestiones administrativas más simples, como el hecho del planteamiento que ha hecho al Congreso Nacional de una ley que sea restrictiva, de una serie de derechos fundamentales consagrados en la Constitución.
Debe ser tan grave la cuestión o denota una gran disputa del interior del propio Gobierno, que el vicepresidente Hugo Velázquez afirmó claramente que el proyecto de ley presentado por el presidente Mario Abdo, viola la Constitución.
Si lo dice alguien del propio riñón, ya podemos imaginar de qué manera y de qué forma se llevan adelante las decisiones gubernamentales en un país que viene siendo gobernado por decreto y donde Abdo tontamente quiere emular a Bukele, el mandatario autoproclamado verdadero jefe supremo de El Salvador.
Estas cuestiones tendrían que ser tomadas con verdadera capacidad y no dejar a personas chapuceras el manejo de la República. Esto no solo degrada su administración, sino algo peor, degrada el sentido y la importancia que tiene la democracia como sistema político en el Paraguay.