No está bien o es positivo separar, discriminar o segregar entre seres humanos en cualquier iniciativa que precise de nosotros para desarrollarse o alcanzar un objetivo colectivo. Una importante idea para lograr trabajar bien entre todos es llegar a integrarnos gentilmente entre los que seamos parte de un empleo o proyecto que tenga en el mismo a mujeres, hombres, discapacitados o personas con distintas formas de pensar acerca de temas sociales que tendrán su grado de discriminación entre los miembros de la sociedad.
Existen distintos tipos de discriminación, se encuentra: la negativa que es un comportamiento no justificable publicado contra miembros de un grupo social dado. Cómo lo que existió y sigue existiendo en EE.UU contra personas de tez más oscura que el común, aunque hayan tenido un presidente africano americano cómo Barack Obama de Hawai y ahora una vicepresidenta de piel oscura Kamala Harris que es de California.
Un estado con una variedad inmensa cómo la dimensión del estado de personas del mundo teniendo el 5 % de su población por personas negras, y a su vez debemos dejar en claro que ningún grupo étnico constituye una mayoría de la población que continúa siendo segregados en varios estados y lugares de los EE.UU . Este país puede tener a muchos viviendo en esa condición hasta ahora . El comportamiento de algunas personas no sirve para lograr empezar, construir, avanzar y terminar proyectos colectivos que requieren códigos de tolerancia, respeto y motivación y estímulo recíproco con el fin de lograr buenos resultados particulares y colectivos.
Establecida en la década de 1960 para corregir las desigualdades raciales en los Estados Unidos, la política de “discriminación positiva” para el acceso a las universidades fue cancelada el 29 de junio pasado por la Corte Suprema.
Buscando nivelar el placard
Hace casi sesenta años, el presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, resumió en un histórico discurso pronunciado en 1965 en la Black Howard University (Washington, DC) el espíritu de lo que empezábamos a llamar acción afirmativa («discriminación positiva»). Ahora en este país se avanza más allá de este tipo de discriminación.
Las minorías que hoy componen la población estadounidense nada tienen que ver con lo que eran en la década de 1960. El tiempo en que cualquier persona de origen etnico distinto al de la mayoría era vilmente puesto de lado en espacios públicos. Ahora por fortuna ya se ha acabado y vemos cómo estas personas alcanzan importantes lugares en empresas, política, e intelectualidad.
Una realidad que supone entender que en realidad en cuanto a capacidades mentales y físicas somos todos iguales y podemos ser útiles para lo que sea de acuerdo a las formas de aceptar e integrar al distinto que conoce y maneja códigos y maniobras que pueden servir al colectivo si este se muestra abierto a conocer y aceptar el aporte del “distinto” a la mayoría. La sociedad estadounidense ha cambiado drásticamente y la cuestionada decisión de la Corte Suprema es una muestra de eso.