Esta era está catalogada como la era de la información, de la tecnología y de los derechos humanos.
La civilización ha ido evolucionando, y se espera que las grandes transformaciones de la humanidad sean para bien. Sin embargo, los propios seres humanos utilizamos mal todo lo que nos dan la ciencia y la tecnología, porque muchas veces las usamos para mentir, insultar, engañar, desinformar, etc.
La desinformación también ataca a uno de los pilares de la democracia, porque el proceso de opinión pública se ve fuertemente afectado por las informaciones tergiversadas o falsas. Entonces, contamos con ciudadanos con escaso criterio, manipulados con facilidad y, por ende, con malas decisiones en el plano personal y político.
Una ciudadanía apática, sin conciencia crítica no podría presionar a las autoridades gubernamentales a que cumplan correctamente con sus funciones. La ciudadanía crítica siempre es y será defensora de los derechos del pueblo y de la transparencia.
Las fake news o noticias falsas, cobraron notoriedad en los últimos años, debido a la facilidad y rapidez con la que se propagan en las redes sociales, y por el impacto que pueden generar. Es por eso que se deben establecer campañas de comunicación o capacitaciones, para que los ciudadanos aprendan a verificar las informaciones.
Las campañas de desinformación o fake news nos han invadido. ¿Cuál es la solución ante esta nueva epidemia? Evidentemente no es la censura. Pero si podemos construir ciudadanos pensantes, críticos, que sepan seleccionar y jerarquizar las informaciones proporcionadas por internet. Y para eso necesitamos una educación de calidad para la ciudadanía.