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La descomposición de la clase política paraguaya

Muchos analistas políticos y académicos advierten que el poder político en el Paraguay está contaminado por diversos motivos: la corrupción, la impunidad, la improvisación y otros vicios que se apoderaron de nuestros gobernantes.

La política ya no responde a las demandas de la sociedad. La descomposición de la clase política genera más desigualdad, más problemas sociales y más pobreza. A esta situación se suma el avance del crimen organizado, que hace que el estado paraguayo vaya perdiendo su soberanía.

Las zonas fronterizas son gobernadas por los grupos criminales. Para los griegos la Política era sinónimo de justicia, y era necesaria para el ordenamiento de la sociedad, para garantizar la convivencia pacífica. Actualmente, el concepto de la palabra Política es igual a corrupción, enriquecimiento ilícito e improvisación. Atrás se quedó la esencia real de la Política, que busca el bienestar de todos.

La Política también es entendida como servicio para los ciudadanos, pero en la práctica todo esto queda distante. Estamos en manos de políticos anestesiados e inhumanos, quienes gastan su energía en peleas, conspiraciones y la defensa de intereses personales. Pero poca acción por los ciudadanos, quienes atraviesan serios problemas.

El destino de nuestro país depende de nuestros gobernantes. Nuestro bienestar y nuestra estabilidad depende de los políticos, pero lamentablemente ellos han dado prioridad a asuntos más particulares, olvidando por completo lo que implica el bien común. Se requiere de la transformación real de la clase política.

Precisamos de autoridades que sepan escuchar, que vean las carencias del pueblo, que sepan gobernar y que hagan gestión pública acorde a nuestras necesidades. No podemos permitir que siga la descomposición de la clase política porque nuestro futuro está en peligro.

Clara Martínez
Clara Martínez
Periodista, politóloga y docente. Egresada en el cuadro de Honor de la UNA

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