De los Santos Lima, paraguayo experto en sociología, filosofía y política, quien vivió gran parte de su vida entre Italia, México y Argentina, analizó la actualidad de nuestro país desde los ejes de la educación y la corrupción.
Para el analista el gran vacío o gran desafío que poseen los paraguayos es rearmar la estructura de la educación. Pero no solo en el sentido de la que se imparte en escuelas, colegios y universidades. Sino también la que nace en la cultura de la formación permanente.
“Me refiero a educación pero no solo la del Ministerio de Educación (MEC). Sino la que se extiende en todas las organizaciones. La educación no solo para el conocimiento sino como un estilo de vida”, subrayó.
PUNTO DE QUIEBRE
Para el analista, el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) destinado para la educación durante los 35 años de dictadura fueron fatales y decisivos para tener la realidad país que tenemos en la actualidad.
“No haber invertido en educación en su momento tiene repercusiones en las estructuras actuales” lamentó.
Cabe recordar que desde 1989, el Gobierno destina el 3,3% del PIB para la educación. Sin embargo, estas cifras aún son insuficientes ya que la Unesco recomienda un 7% de forma mínima.
En otro momento, el entrevistado señaló que se debe abrir las posibilidades de que tanto maestros como alumnos obtengan pasantías en el exterior del país. Esto considera que ayudará de sobremanera a que tengan una mirada amplia de cómo se estudia en otros países y la transmitan aquí en el país.
“Necesitamos enviar miles de maestros y cantidad similar de alumnos a países como Japón, Israel, Alemania cada año. Todos ellos volverán con otra visión. En cinco años se notará la diferencia”, explicó.
CORRUPCIÓN
Para Lima, la corrupción de nuestro país es tan importante que no se observa en los mismos niveles en otros países. Para él, la cultura corrupta la tenemos grabada en la mente. Recordó una experiencia familiar cuando veía a su papá (funcionario de la binacional de Itaipú), traer todos los días objetos del trabajo (agendas, fluorescentes, etc.). Es decir, que con esta experiencia familiar aprendió que esto forma parte de nuestra forma de ser.
“Estas cosas hacen que cada tanto queramos joder al Estado o a otras personas. Primero debemos tomar conciencia de ello para luego tratar de quitarnos esa costumbre”, manifestó.
RAZÓN Y PASIÓN
Consultado del porqué la ciudadanía se basa mucho en lo emocional por sobre la razón para actuar, expresó que es por el olvido de la parte espiritual del ser humano. Lima hace alusión no solo al aspecto religioso sino a los valores como la voluntad, la libertad, la responsabilidad y demás.
“Cuando hemos perdido la noción de espiritualidad, empezamos a vivir en una dualidad donde las emociones mandan. Sin los tres aspectos se pierde el equilibrio”, advirtió.
Finalizó señalando que anhela ver al Paraguay con una educación y justicia de calidad en los próximos años.
“Estoy seguro que en 15 a 20 años este será un país diferente”, concluyó.