Al entrar a la capital de un país, lo que uno espera es ver una ciudad limpia, con árboles verdes, esquinas limpias, calles bien asfaltadas, sin muchos cableríos. Lastimosamente esta no es la realidad de la ciudad de Asunción, la capital de Paraguay. Las calles están llenas de publicidad, ya sea sobre los vallados de edificios o viviendas en construcción, las pantallas LED brillan casi un poco más el sol en casi todas las esquinas más transitadas y como olvidar esas columnas con enormes letreros; mires donde mires, es inevitable no chocar con un anuncio.
La mayoría coincide en que la Municipalidad no cumple con su rol de regular estos anuncios y es así que se llegó a este momento en donde en una esquina te encontrás con una publicidad de galletitas y, en la otra, con un anuncio gigante con una chica semidesnuda invitándote a tomar una cerveza.
Y ni hablemos de las pantallas LED, que en las noches te encandilan los ojos y hasta se vuelven un peligro para los conductores, quienes deben hacer lo posible por ver su camino. “No hay casi municipios que estén abordando el tema regulatorio de los anuncios, por más que existen marco regulatorio que te dan las directrices de que medidas tenes que cumplir, que tipo de intensidad de la luz tiene que haber de manera a que no afecte la sensibilidad visual humana y que pueda causar algún tipo de tragedia en el transito, si efectivamente, si hay una excesiva cantidad de material publicitario en Asunción sobresatura todo lo que es el paisaje urbano”, comentó la ingeniera ambiental Celeste Morinigo.
La especialista dijo que existen investigaciones a nivel internacional que dice que si hay mucha cantidad de carteles en una ciudad, esto tiende a que haya mayor accidente automovilístico. Añadió que muchas veces se talan árboles o se sacan elementos funcionales del paisaje urbano para reemplazarlo por un cartel que sirve netamente para la publicidad de una marca.
“Este tipo de cartel no forman parte funcional como elemento arquitectónico de una ciudad y cuando pasa lo que ocurre en nuestra ciudad capital todo lo que es la estética, la imagen del paisaje todo eso se ve afectado negativamente; te sobresatura el escenario natural que uno tiene de la ciudad”.
La situación actual de Asunción respecto a la polución visual se agrava un 100% en las épocas de elecciones electorales, donde cada partido, cada candidato compiten por quién llena más las paredes que encuentran con chapa política y para colmo, luego terminadas las elecciones, no limpian esas paredes que se quedan décadas pintadas.
La Municipalidad de Asunción cuenta con la ordenanza 148/12 en la cual se detallan cómo deben ser los carteles, qué colores se deben usar, hasta que tamaño se puede colocar, pero en la mayoría de las veces, las marcas no respetan con tal de sus anuncios sean más grandes y más brillosos y prefieren pagar un ínfimo monto por seguir ocupando ese espacio sin importar las consecuencias que estas pueden acarrear.
