Paraguay tiene 14 millones de ganado vacuno frente a 7 millones de personas. A los ganaderos no les gusta nada que critiquen la relación entre esa cantidad y el impacto ambiente.
Según los expertos, el excesivo consumo de carne roja y procesada provoca problemas hepáticos y resistencia a la insulina, así como también, enfermedades cardiovasculares, endometriosis y también con mayores probabilidades de muerte. No es un chiste el hacer planes o realidad de un asado, que aunque sea sabroso. Ahora la ciencia debate si ser carnívoros está en nuestra naturaleza. Increíble pero cierto, hoy día al hacer un asado tomemonos el tiempo para admirar los cortes de carne en la parrilla y compararlo imaginariamente con un ser humano o cómo al introducirlo en la boca nos digerimos parte de nuestro entorno natural.
El medio ambiente afectado
Que no es tanto por lo que ocurre en nuestra parrilla sino que la industria cárnica es uno de los sectores que más contribuye al cambio climático. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el sector cárnico emite más gases de efecto invernadero que todo el transporte mundial junto.(14,5% del total de emisiones). Esto a su vez es una respetuosa invitación dicen algunos para volverse vegetariano y dejar de consumir carne roja.
Comer carne no solo es una espada directa contra la salud humana el estar consumiéndola con mucha frecuencia sino lo es también para nuestros espacios que se enferman y por esto reaccionan contra sus pobladores con desastres naturales. Y esto no significa que debamos pasar hambre sino solo cambiar nuestra dieta favoreciendo la salud y el medio ambiente. Cambiar por alternativas que también nos da la naturaleza que junto a sus minerales son los verdaderos tesoros humanos que debemos cuidar y valorar cómo a nuestra misma salud que debe verse reflejada en los mismos cuidados que exigen nuestros espacios.
