Foto: Infobae
La bajante del río Paraná es histórica. No hemos tenido conciencia de lo que significa la cuestión medioambiental hasta que vimos barcazas que se encuentran imposibilitadas de continuar su trayecto hacia los puertos marítimos del Uruguay y de la Argentina.
Aquello del cambio climático, en términos generales y como experiencia de carácter global, se subestimó y a pesar de que aquí se había dicho de manera reiterada que la deforestación y los cambios climáticos pasarían la factura, e incluso a los sectores responsables de esta circunstancia solamente afirmaron que eran de pájaros de mal agüero.
Ahora que están sintiendo en carne propia que los costos de traslado de soja desde los puertos de producción sobre el río Paraná tienen que venir hasta el puerto de Villeta para ser embarcados a través del río Paraguay, aumentando sus costos de manera notable, es probable que comiencen a pensar, después de este paso de la sequía, que hay que hacer políticas nacionales con el gobierno para no tener que lamentarnos de nuevo de vivir en una situación tan frágil, en un ecosistema tan dañado como el nuestro, que parece no entender los mensajes más que elocuentes que cada día está enviando la naturaleza.