Cuando nos acercamos a los 100 muertos por día por coronavirus, el gobierno luce absolutamente desconcertado en torno a lo que habría que realizar para, de alguna manera, dar la impresión de que les importa la vida de cada uno de los paraguayos que fallece.
Ahora están estudiando una medida coercitiva que disuada las manifestaciones sociales en distintos tipos de actividades que son propensas para la propagación del coronavirus.
Esto de sancionar en términos económicos de acuerdo al bolsillo de cada persona que viola, es una cuestión que va camino a un nuevo hazme reír en términos jurídicos.
La norma va a ser atacada de inconstitucional y además, lo único que va a promover este tipo de acciones es una corrupción aún mayor que la que ya tenemos de policías y de fiscales.
Hay que ser prácticos, hay que recuperar la credibilidad. Hay que trabajar para conseguir las vacunas, que también son importantísimas en este momento, más que las cuestiones de controlar la propagación del virus a través de las reuniones sociales.
Si el Gobierno no tiene la autoridad económica de decir hay que pararlo todo porque nadie le va a hacer caso, tampoco podría tener la autoridad de decir te voy a sancionar económicamente si te veo que estás violando alguna de las normas sanitarias.
Cuando un gobierno pierde autoridad moral, cualquier cosa es posible y lo único que le queda a un país es deshacerse de ese gobierno para empezar con otro, al menos en condiciones distintas.
