Incluso en sus horas más bajas, el Liverpool es capaz de crear un quebradero de cabeza al Manchester City. Incluso un Liverpool anclado en la parte media de la tabla, goleado en Europa y sin su estrella, Mohamed Salah, al mejor nivel, es capaz de ganar al, hasta el domingo invencible, Manchester City. ¿La razón? Jürgen Klopp.
El alemán es de los pocos técnicos que puede presumir de dominar a Pep Guardiola en un terreno en el que siempre ha estado acostumbrado a nadar como pez en el agua: los partidos importantes y las rivalidades históricas. En España doblegó al Real Madrid, hasta el punto de buscar este en José Mourinho una antítesis con la que destruirle, en Alemania dominó al Borussia Dortmund y en Inglaterra tiene acobardado al Manchester United.
Solo el Liverpool le ha mantenido el pulso los últimos años, y aun así el claro beneficiado ha sido el City, ganador de cuatro de las últimas Premier League. Pero Klopp siempre ha destacado por ser el hombre capaz de actuar como antídoto ante el gen ganador de Guardiola.
La rivalidad Klopp-Guardiola comenzó en 2014, cuando uno dirigía al Borussia Dortmund y el otro al Bayern de Múnich. En Alemania, Guardiola salió como triunfador, con las Bundesligas de 2014 y 2015, pero Klopp plantó la semilla de la duda con la victoria en la Supercopa alemana -uno de los pocos títulos que se le ha resistido a Guardiola en su carrera- y con un balance muy apretado. El ‘Klassikier’ deparó cuatro triunfos de Guardiola, tres de Klopp y un empate.
Klopp se fue al Liverpool a finales de 2015 y no sería hasta el verano de 2016 que Guardiola firmó por el City. La rivalidad se trasladó a Inglaterra, con unos ‘Sky Blues’ en ascenso y un Liverpool en reconstrucción y con el objetivo de ganar la liga inglesa casi treinta años después.
El chupinazo de salida lo dio una victoria del Liverpool en Premier, en diciembre de 2016, con un cabezazo de Georginio Wijnaldum. Un aviso para Guardiola de lo que le esperaría en las islas. El técnico español no ganó su primer ‘Clásico’ contra el Liverpool hasta septiembre de 2017, con una goleada por 5-0 marcada por una temprana expulsión de Sadio Mané, y la rivalidad fue escalando en intensidad, con duelos como el 4-3 en Premier en enero de 2018, los cuartos de final de la Champions League de 2018 y el 2-1 de enero de 2019 que decidió una liga cuando John Stones sacó un gol sobre la línea.
«Yo no soy Roger Federer y él no es Rafael Nadal, que compiten al más alto nivel y aun así son mejores amigos», explicó Klopp esta semana sobre la rivalidad.
«Pep y yo no somos mejores amigos porque no nos conocemos. Él me ha dicho que cuando ya no dirijamos a ningún equipo nos sentaremos juntos y tomaremos una copa de vino», añadió el germano, que este domingo dio el último disgusto a Guardiola.
El español, con la información en la mano de que el Arsenal se escapaba a cuatro puntos en la tabla, visitó Anfield y salió escaldado. En el campo, donde su equipo perdió 1-0, y ante la grada, que le lanzó monedas y con la que terminó encarado.
Esta es la tercera victoria consecutiva del Liverpool sobre el City. Una en semifinales de la FA Cup la temporada pasada, otra en la Community Shield en julio y la última este domingo en liga. Dos le han costado títulos a Guardiola y la otra le despega del liderato. Incluso un Liverpool muy alejado del nivel de temporadas anteriores es capaz de darle un disgusto. Es la consecuencia de que Klopp guarde en su estantería un objeto muy preciado: el antídoto ‘anti Pep’. EFE