Los casos envueltos de González Daher en el sistema financiero son cada vez más frecuentes y constantes en diferentes ámbitos. Las reparticiones públicas como el BCP, la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero, todas han funcionado de manera directa con los intereses del condenado González Daher.
Todas han actuado por mandatos, incluso políticos, como el hecho de habérsele otorgado una cantidad de US$4 millones de forma preferencial e ilegal, que establecía la ley del Fondo de Garantías de Depósitos.
Esto que parece una cuestión pequeña, nos demuestra de qué forma está inficionada la institución de la Banca Matriz en cuestiones de este tipo, y de qué manera -incluso- se cree por encima de otros poderes del Estado cuando responde a la requisitoria del Senado con hoja completamente borradas o tachados.
Es la hora de recuperar el prestigio del Banco Central del Paraguay y de castigar a aquellos que, valiéndose de sus cargos políticos, han preferenciado a empresas financieras que nunca tendrían que haber sido autorizadas para operar en el mercado, y que también, cuando terminaron quebradas colocaron en forma privilegiada a algunos que tenían sus recursos en ella.
Es tiempo de trabajar en algo que es realmente muy difícil de lograr y muy trascendente, la confianza, que finalmente es el único gran capital que tiene cualquier banco, sea público o privado.