La cercanía de Haití y Cuba junto con la cantidad de inmigrantes que viven en los EEUU hacen que se mire con mucha curiosidad lo que hará la administración de Biden ante los conflictos políticos en esas islas del Caribe.
Es cierto que estas tierras están ebullendo con dilemas internos que producirían mayor migrantes a los EE.UU u otros problemas que cómo gran vecino deberá solucionar afectando a concentrar su fuerza en atender al ciudadano americano que está a la deriva en el golpe a la economía de su país y lo que es una de las metas más difíciles pero que de a poco lo han logrado también, la inoculación de todo americano, que es testigo de cómo su gobierno se mueve en su relación con estas islas que tienen un buen número de migrantes que ha creado sus territorios con cultura y estilos de vida cómo barrios que tienen nombre cómo la pequeña Haití en Miami.
Lo cierto es que Cuba y Haití plantean un nuevo reto a Joe Biden, que puede tener consecuencias políticas importantes en un estado clave en las elecciones estadounidenses, la Florida. Estado que trabaja en elecciones por nuevos representantes legislativos.
El manejo de Biden de la situación puede incidir en las elecciones de la Florida, un estado vital que Biden perdió ante Donald Trump el año pasado. Y puede tener futuras maniobras para tratar con el migrante que continuará en los EEUU, y que con el tiempo puede continuar yendo a la casa que les queda más cerca para vivir mejor. Lo que busca toda persona que sale de su país al ver que sus gobiernos no trabajan bien para él.