Hoy llegan otro millón de vacunas de la Pfizer regaladas por el gobierno de Biden. Lo prometió un domingo y lo cumple dos días después. Pero lo mas interesante es el concepto utilizado de inversión y no de donación.
La palabra y verbo donar viene del latín donare, (dar). De ahí también las palabras: donación : acción y efecto (-ción) de donar. Y que es común que se diere entre un pudiente y mendigo, donde el segundo no tiene nada más que el pedir más que dádivas del primero para sobrevivir.
Es lógico que ahora se esté mostrando el lado solidario y generoso de grandes potencias ofreciendo y recibiendo vacunas cómo donaciones que si finalmente son para el ciudadano no está mal recibirlas si serán bien administradas dando un serio uso de la donación para que cumpla su fin y mejore nuestra condición de “mendigos”.
Necesitamos 10 millones de vacunas y con las dos de los EEUU la “inversión” americana se convierte en el volumen principal luego de confirmar el propio Abdo de que el mecanismo Covax ha sido un fracaso.
Imagino que aunque sea de buena voluntad el gesto norteamericano no será cómodo para un gobierno que sustenta su gestión a partir de propinas. Hubiera sido diferente si usáramos el dinero de los empréstitos para comprar en tiempo y en forma además si los productores compartieran los insumos para producir vacunas en volúmenes aún mayores.
La independencia debe ser bien administrada para dejar de ser mendigos y asumir con orgullo nuestra libertad. EEUU ha sido generoso con nosotros pero también desnudó nuestras notables flaquezas para gestionar en forma autónoma nuestra soberanía.
