En un homenaje al personal de blanco que se desgasta constantemente en la Unidades de Terapia Intensiva (UTI), los médicos intensivistas celebraron el domingo su día.
Con 194 médicos intensivistas, aproximadamente, de acuerdo al censo realizado en 2020, la especialidad celebró ayer su primer día conmemorativo, en honor al personal de blanco que formó parte de la refundación de la Sociedad Paraguaya de Terapia Intensiva, el 19 de septiembre de 1997.
Cumpliendo un rol preponderante durante la pandemia, por estar al frente de las atenciones de los enfermos de Covid-19, los médicos intensivistas destacaron por su invaluable aporte, labor que anteriormente estaba muy invisibilizada en la nación.
En este sentido, cabe mencionar que la Sociedad Paraguaya de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos apunta a la formación de más profesionales en la especialidad, considerando que las camas en UTI aumentaron aproximadamente un 300%.
“Al menos el 10% de camas de cada hospital debe estar destinado para terapia intensiva. Para saber la cantidad exacta del personal que necesitamos ahora, con el aumento de las camas, tendría que dialogar con el Ministerio”, manifestó la Dra. Liz Karina Fernández, presidenta de la Sociedad Paraguaya de Intensivistas.
EL REFLEJO DE LA PANDEMIA
Durante la pandemia, la lucha incansable de los intensivistas se hizo constante, pues la Dra. Fernández comentó que debieron invertir más horas de tiempo. El agotamiento, el cansancio y la saturación, fueron los principales componentes durante el trabajo de los médicos.
“Debía haber un intensivista por cada siete pacientes, aproximadamente, pero en el momento más duro de la pandemia los médicos llegaron a atender hasta 14 enfermos, lo que fue muy fuerte para todos”, indicó la profesional.
De este modo, la problemática del Covid-19 no solo trajo consigo las desidias sanitarias sufridas por todos, sino también el pleno reconocimiento de la importancia de los intensivistas en el sector de la salud, realidad muchas veces minimizada al no otorgar el protagonismo que ellos se merecen
Igualmente, la capacidad de atención de estos médicos no alcanza los límites verdaderamente requeridos y el problema que imposibilita el abastecimiento de más intensivistas es la falta de suficiente información acerca de la labor de estos, pues no todos comprenden verdaderamente la ocupación de un intensivista.
“A eso se le debe sumar que nuestra calidad de vida tampoco resulta muy atractiva, pues pasamos mucho tiempo en los hospitales, con guardias de 24 horas, que venimos solicitando la reducción a 12, y la baja remuneración brindada en los sectores públicos y privados”, acotó la Dra.
Desde el punto de vista de la profesional, estos factores también influyen para que muchos se encuentren reacios a la hora de elegir la especialidad intensivista, pues la paga les parece insuficiente para el nivel de estrés y trabajo que conlleva la profesión.
“La gente también abandona la especialidad, por agotamiento físico y mental o porque encontraron mejores remuneraciones en otras áreas”, agregó la Dra. Fernández.
Entonces, la profesional destacó que, pese a toda la carga y el desgaste, la especialidad intensivista es un área sumamente apasionante y gratificante en el sector de la salud, por lo cual anima a un mayor interés, pues la felicidad durante el desarrollo médico está asegurada, ya que nada se compara con posibilitar una mejor calidad de vida para aquellos que la necesitan.