La cacofonía es una contradicción en la expresión oral o escrita por ejemplo; parece que se parece, El presidente anuncia siempre la renuncia de un ministro nunca él toma la decisión.. Somos testigos como en Paraguay si bien un ministerio no obedece a ser una expresión castellana sino una institución mucho más compleja de donde se pueden observar cacofonías literales en su administración o gerencia.
Sin ir a ninguna en particular quiero resaltar lo que ocurre con los nombres de nuestros ministerios, secretarías u oficinas destinadas a cumplir un servicio para su real jefe; el ciudadano. El ministerio público de Salud y bienestar social por ejemplo aunque tenga pomposo de tal hace muy poco en beneficio de la ciudadanía que es brindar asistencia a lo más importante para el ser humano; su salud y si vamos a la segunda parte: bienestar social vemos que se superpone a otro ministerio que hace lo mismo: el de desarrollo social.
Nuestro gerente de salud Mazzolenni cobra mensualmente más de 23 millones de guaraníes pero no sabe administrar casi nada, es probable que ni su casa. Requerimos una escuela de administración de las cosas públicas como el ENA francés de donde salen los presidentes, ministros o gerentes de empresas. El instituto nacional del desarrollo rural y de la tierra (Indert) ya cambiò tres veces de nombre en democracia pero su resultado sigue siendo cada vez peor. Lleno de burocracia inútil, papeleo y planilleros lo que en nada favorece al desarrollo rural ni de otro tipo.
Es momento de dejar la disonancia institucional paraguaya y hacer bien las cosas para cumplir el mandato constitucional de ser administrados por idóneos evitando a su paso corrupción, mala gestión y como consecuencia: malestar social con la democracia en desgracia. Perdonen, la última cacofonía.
