Si bien no fue Covid, sí se trata de una infección lo que registró el cuerpo de William Jefferson Clinton, o Bill Clinton, cómo es conocido el expresidente de los EE.UU. quien sufrió de una infección del tracto urinario que se extendió a su torrente sanguíneo. El martes ingresó al hospital de Los Ángeles y hoy ya sale caminando.
Esta información es más destacada por el infectado que por la misma infección, que esperamos pueda servir para entender que el virus no tiene filtro para afectar a cualquiera. Clinton fue el presidente número 43 de 1993 al 2001, siendo el mandatario que presidió el período más largo de expansión económica en tiempos de paz en la historia de Estados Unidos. Promulgó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) y la Ley de Control de Delitos Violentos y Aplicación de la Ley, pero no logró aprobar su plan para la reforma nacional de la salud. Tema que se encuentra presente siempre en la agenda ejecutiva de los EE.UU.
Un legado enorme
Su partido, el demócrata, se caracteriza por dar énfasis a la salud, como fue la gestión de Barack Obama Care del 2001 o la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio.Trabajos que citarlos demandan otro articulo, por esto es importante recordar que los cuidados deben existir de manera intermitente para todos siempre y donde sea, por lo que en estos 2 años de pandemia es seguro que el virus llegó a todo el mundo, por eso su título de pandemia que nace del griego pan, todo, y demos, pueblo, o virus de todo el pueblo o mundo, es importante perfilarlo.
Clinton, de 75 años de edad, saltó al punto de mira mucho más por lo que fue que por la gravedad de su estado de salud en uno de los países que está en la lista de los más golpeados y que ahora le toca a su correligionario Biden responder bien a lo que es ya una bandera del partido demócrata y que ahora tocará a Biden levantarla.
Por los resultados, le saca una gran ventaja a los republicanos y en cuestiones sanitarias eso tiene un tremendo impacto. La infección ha cobrado miles de vidas como resultado del Covid como de otras fuentes. No repara en nombres ni blasones y la gran penicilina aprendida en estos tiempos es el cuidado permanente.
