“La Igualdad ante la ley, Igualdad bajo la ley, Igualdad ante los ojos de la ley o Igualdad jurídica es el principio que reconoce que todas las personas deben ser tratadas de la misma manera por la ley (principio de isonomía).”
Este principio reconoce la equiparación igualitaria de todos los ciudadanos en derechos civiles y políticos. Es decir, la ley debe garantizar que ningún individuo o grupo sea privilegiado o discriminado por el Estado.
El Independiente, en el día de ayer, publicó in extenso las violaciones «legales» de las estaciones de servicio. La pregunta de rigor es: ¿estamos frente a un caso de violación del principio de igualdad ante la ley y normas del derecho internacional?
Un viejo dicho dice: “todos son iguales ante la ley”. El autor Anatole France dijo en 1894: “la ley prohíbe a los ricos y pobres dormir bajo puentes, mendigar en las calles y robar panes”.
Qué duda cabe que desde el Siglo XIX, mucha agua ha corrido bajo los puentes de Anatole y si bien desaparecieron sistemas legales como la esclavitud, colonialismo y monarquía, aparecieron los monopolios, oligopolios y niveles de concentración de la riqueza, que hacen empalidecer al propio estado republicano y a sus jueces a la hora de hacer cumplir estos principios antiguos y básicos. ¿Nadie está por encima de la ley? ¿No hay persona ni grupo privilegiados? ¿Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias? Estos mismos principios son los que inspiraron nuestra Constitución de 1992.
Me permito poner en interrogante estos sagrados preceptos ya que, entre usos y costumbres heredados de la dictadura militar, diferentes gobiernos con Poderes Judiciales genuflexos y “tráfico de influencias” explícitos, como el nuevo modo de hacer política, generan un legítimo descreimiento en la gente sobre la validez de estos principios en el Paraguay nuestro de cada día.
Los ricos no piden permiso
Si bien es el título de una telenovela del año 2016, la situación jurídica y sus demás dimensiones sociales, políticas e internacionales, la convierten en un nuevo capítulo del realismo mágico al que nos tienen acostumbrados “los dueños del dinero y de la vida”. Mi dinero puede comprar aun lo que no se puede vender o construir. Soy el que más tributa y más puestos de trabajo genera en el país, regularmente publicado en la prensa del grupo y en declaraciones de su propio autor. Luego de estos dos razonamientos vienen los resultados. Usted tiene trabajo, gracias a mis empresas. A la hora de votar, usted ya sabe cómo elegir. No hay que poseer una gran imaginación para llegar a esta conclusión. Es solo cuestión de mirar lo que sale de esa realidad crudamente: dinero, poder político, protecciones, legitimaciones, impunidad y adhesiones.
Por otra parte, resulta bastante fácil el juego cuando no hay competencia, el resto se vuelve obsecuente con el “poderoso” y se convierte en el rico de la comarca. Pero veamos qué tan rico es nuestro patrón. Basta recurrir a la revista Forbes, donde nuestro jugador no aparece ni a los premios en el listado de las diez personas más ricas de América Latina. Carlos Slim de México encabeza con U$S. 62.800 millones y cierra Juan Francisco Beckmann Vidal (México): USD 7.000 millones, compañía dedicada a la producción de Tequila Cuervo, datos que pueden ser del interés de nuestro magneto de heladera, para alcanzar tan selecto grupo.
“A mí me gusta aquí sí, en esta esquina de Brasilia y Mariscal López” y casi como San Pedro, impuso su voluntad:” y sobre esta esquina edificarás mi estación de servicio”. Vale aclarar, para evitar confusiones que la historia con San Pedro, se refería iglesias, pero eran otros tiempos.
A nuestro “héroe” le gusta siempre estar bien rodeado. Embajada de Estados Unidos en diagonal, Hospital de Policía al frente -por cualquier urgencia- y la residencia presidencial a 80 metros, por si haga falta llevar algún mensaje de último momento. Pero mire un poco amigo, que éste es el eje patrimonial de Asunción. Aquí el único patrimonio es el mío y nadie arriesga tanto como yo por el desarrollo del país. Y como si esto fuera poco, la Municipalidad y la Corte Suprema me dan la razón; qué más.¡
Niños cantores de Viena
En su más tierna infancia, en el Colegio Goethe, solo escuchó y recuerda a uno de los coros de niños más conocidos del mundo. En su mayoría provienen de Austria y de otras partes del planeta.
De pronto la Embajada de los Estados Unidos, lo sacó de sus recuerdos infantiles con una nota a la Cancillería, donde expresa su molestia por la aprobación de la construcción de una estación de servicios en sus cercanías, lo cual pone en riesgo su seguridad.
Para no dejar dudas la representación diplomática cita el artículo 22 de la Convención de Viena: “donde el Estado receptor tiene la obligación especial de adoptar todas las medidas adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda intrusión o daño y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión o se atente contra su dignidad”. Además, la Embajada abunda en detalles sobre los peligros de inflamables, la seguridad de su personal y visitantes.
No hay muchos antecedentes de otros países que hayan reclamado el respeto a la Convención de Viena con tanta energía. El ex presidente de Libertad sabe bien que con esta gente no se juega. Dos de sus grandes amigos: uno, Nicolás Leoz, nunca volvió a salir del país y murió con prisión domiciliara, y el otro, Miguel Angel Napout, por una causa similar, aún permanece en territorio americano y, a pesar de las cartas y plegarias de su madre, no se puede sacar el traje naranja que lo deja tan pintoresco.
Está en duda nuestra clasificación a Qatar, pero aquí sin tener que irnos muy lejos tenemos un final abierto, para ir comprando las entradas al clásico.
Por un lado, estarán el principio de igualdad ante la ley y la Convención de Viena. Por el otro, el equipo del Patrón rodeado de todos los hurreros, hinchas y otros no tan modestos operadores, que tendrán a su cargo hacerle ver que los tratados internacionales están incluso por encima de la Constitución.
Nadie sabe cómo termina esta disputa inédita en canchas guaraníes: el dinero y la garra del pequeño gladiador frente a los poderes del imperio del Norte, Viena y los tribunales internacionales.
Formen fila y hagan sus apuestas, la pelota está en juego.