Las designaciones de Barchini al Ministerio de Justicia y Riera al Ministerio del Interior generaron un revuelo importante, los antecedentes de ideas autoritarias que tienen dan la sensación de retroceso, sobre todo en un tiempo donde lo que se busca es que exista una metodología que permita generar una lucha contra el crimen en general y que no todo se traduzca en “mano dura”, ya que como sabemos esa mano no cae nunca sobre los amigos.
La idea de plantear un estilo “Bukele” encuentra dos problemas, el primero son las realidades de ambos países, en el Salvador tanto como en Guatemala las Maras representan un infierno palpable para toda la población, son como un EPP urbano que no se esconde y que se adueña de barrios enteros donde no queda nadie a salvo.
Ese nivel de enemigos no se tiene en nuestro país, pero se está incubando. El verdadero enemigo es el crimen organizado que casualmente es el mismo que financia campañas electorales o que es socio directo de la clase política. Esto terminaría significando que la presión caería sobre ese sector marginal no agrupado que representa al 75% de quienes no tienen condenas y viven acinados en las penitenciarias, los marginales.
En todo este cambalache asombra la elección de “Pai” Ramírez como Ministro de Educación, al parecer en algunos aspectos se busca lo políticamente correcto, una persona que viene del sector educativo, que representa al modelo privado de educación que busca tener un impacto social no solo educando si no también con proyectos como lo fue en su momento “Partidi”, en el que se trabajaba con escuelas carenciadas impartiendo un sistema que refuerza las habilidades blandas en los estudiantes por medio del juego.
Tengo que admitir que esta elección de ministro también levanta una red flag o una alerta: ¿Podrá alguien honesto hacerles frente a los sindicatos que encubren planilleros? ¿Tendrá el acompañamiento para realizar los cambios de raíz que podrían poner en riesgo intereses de sectores altamente politizados a los que no les importa mejorar la educación del país?
Hoy la tesis del “copamiento” tienen un nuevo significado. Con la representación máxima en el Poder Ejecutivo y la mayoría simple en el Congreso, este gobierno tiene la posibilidad de dotar del presupuesto necesario para cubrir ese déficit de más de 400 mil niños que no asisten a la escuela, y el desafío de mejorar la educación, transformándola en un trampolín para las nuevas generaciones. Nuestro capital no puede seguir siendo la producción primaria, si bien debemos estar orgullosos de los productores que generan un porcentaje importante del PIB, el futuro esta en el desarrollo del conocimiento y el intangible, esos mismos que se vuelcan en la producción tradicional modernizándola, pero ya con paquetes locales y no importados.
Cuidemos de Luis “Pai” Ramírez. Exijamos que se contemple lo necesario para llegar a los objetivos y desenmascaremos a los generadores de Fakenews y teorías conspirativas que utilizan esas banderas para desviar la atención de la fiscalía, por ejemplo.