El impacto de la economía paraguaya, y especialmente en áreas sensibles como la exportación de carne y de soja, van a tener un alto impacto sobre el descenso del PIB y también van a impactar en los números de la inflación que suele reafirmarse como uno de los peores impuestos que se pueden aplicar a los pobres. No va a ser un año fácil el 2022 indudablemente, y va a requerir, de parte del Gobierno, una medida que esté orientada hacia el beneficio de cada uno y no en prejuicios, fundamentalmente, de aquellos que no son parte de la nomenclatura en la que se sostiene el Gobierno y que le da réditos en términos de votos en este año electoral.
La economía tiene que ser cuidada en este tiempo, mucho más que en cualquier otro. Vamos a vivir tiempos de necesidades y también de impactos serios como los que ya se vienen dando del ámbito de las subidas de precios de los combustibles, que suele tener un espiral inflacionario casi inmediato.
El gobierno debe concentrar esfuerzos en la economía y dejar a un lado la politiquería que cuando ocurren circunstancias como las actuales sólo sirven para agravar la desgracia de la gente.