POR BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO
Hay mucho nerviosismo y dudas en el interior del marco gubernamental, el presidente de la República mira desde lejos el conflicto entre sus ministros y cada uno de su entorno se siente con el deber de interpretar que es lo que acontece. El secretario privado afirma que nadie ha renunciado y de que todo sigue bajo control y que van a ser implacables con aquellos que no renuncian siendo corruptos y los van a perseguir penalmente.
Aquí lo que tendría que existir con claridad es señales claras y determinantes de que sabemos lo que queremos, sabemos hacia dónde vamos y especialmente conocemos con quienes hay que hacer esta travesía, si no se colabora desde allí, si no hay acusaciones claras, contundentes y seguimos llenando la estructura gubernamental con grupos parasitarios y las ratas siguen robando e infectando la comida, entonces es lógico que haya una percepción de frustración y de angustia por parte de toda la tripulación, que en un momento determinado si las cosas no se aclaran podría hasta terminar generando un motín a bordo.
Es el tiempo de las señales, pero fundamentalmente de los compromisos orientados para acabar con el cáncer que termina casi siempre matando las mejores esperanzas, la corrupción.