Secretario General del Comité Central del Partido Comunista Paraguayo
Un variopinto conjunto de trabajadoras y trabajadores de la ANDE y las más diversas instituciones públicas, docentes, estudiantes secundarios y universitarios, campesinas y campesinos, bañadenses, mujeres organizadas, ambientalistas en defensa del Botánico, trabajadoras y trabajadores del arte y la cultura, se vienen movilizando en las últimas semanas con diversos reclamos que en su mayoría, convergen en la necesidad de un Presupuesto de Gastos de la Nación 2020 que refleje mínimamente las urgentes necesidades de las mayorías.
Como es costumbre, desde las cúpulas empresariales y sus corporaciones mediáticas se ha cargado tinta contra la legitimidad de los reclamos con más cinismo que honestidad, mintiendo y responsabilizando a los sectores populares del llamado “déficit fiscal”, cuando en realidad es la expresión de un Estado oligárquico-mafioso, solventado mayoritariamente por las mayorías trabajadoras a través de impuestos indirectos como el IVA.
Un caso emblemático es el de la ANDE, cuyos trabajadores desarrollaron una breve pero contundente huelga por la reposición de casi USD 300 millones del presupuesto presentado originalmente para obras de infraestructura y compra de energía así como el cumplimiento del contrato colectivo. La ANDE es una de las empresas públicas más golpeadas por la narcomafia que gobierna y busca apoderarse de la jugosa renta eléctrica anual vaciando la capacidad institucional de este sector clave.
Desde hace años, las patronales buscan privatizar la ANDE y/o liberar el mercado eléctrico para apoderarse del amplio superávit que registra el sector. En la práctica el gobierno, como fiel representante de las patronales, allana el camino para una entrega de la soberanía energética en el 2023, sin condiciones para negociar un nuevo pacto en Itaipú, si el Paraguay no tiene capacidad de usufructuar los beneficios del mismo con un sistema eléctrico robustecido.
El potencial valor agregado de estas luchas trasciende las reivindicaciones. En cada movimiento existen muchas personas que buscan un país con soberanía sobre recursos estratégicos, con democratización de la tierra y defensa del medio ambiente, con educación y salud públicas gratuitas y de calidad. O sea, buscan construir un país para las mayorías y no para las patronales explotadoras asociadas al capital mafioso.