La inflación ha llegado a ser preocupante en todos los sectores y la economía paraguaya en general. Nuestro déficit fiscal -eso significa que gastamos más de lo que ingresamos- puede alcanzar US$ 1000 millones a finales de año. Estamos superando los US$ 760 millones a octubre. Esa debe ser una llamada de atención por completo a un Estado que gasta casi el 80% de lo que recibe en forma de tributos para el pago de salarios.
El Estado paraguayo no puede sostenerse más con US$350mil, muchos de ellos sin actividad concreta y práctica y que nos significa una hemorragia permanente y constante en economía. Si queremos frenar esta situación hemorrágica deberemos primero reformar el Estado; ahora, nadie se anima a ponerle el cascabel a ese gato porque creen que con eso van a perder los votos no solo de los US$350mil sino también de la parentela que vive de dicho salario.
Aquí tenemos que privilegiar o lo completamente general de cada uno de nosotros, o lo particular y partidario para algunos.
El déficit fiscal nos está comiendo la cola, y con una inflación cercana al 12% la situación se vuelve aún más complicada, y el nivel de la población seguirá en detrimento de la gobernabilidad a muy corto plazo.
Foto fuente: IP Paraguay