Para aquellos grandes promotores de la globalización, que afirmaban que el movimiento comercial intenso a nivel global iba a evitar las situaciones de conflicto, en realidad hemos visto hasta ahora, primero con el caso de la pandemia donde unos irresponsables chinos, no pasaron la información que debían a su debido tiempo y nos han metido en dos años de pandemia, cosa que también demostró que los intereses comerciales de los chinos creían que podían ir de la mano con su escaso compromiso de compartir obligaciones a nivel global en materia sanitaria.
Ahora tenemos también el caso de los rusos, muchos dijeron que simplemente con integrarlos económicamente al mundo se acababa el mundo comunista construido desde 1917. La realidad es que en ese mundo global de intereses dónde Rusia vende gas en grandes cantidades a los europeos no ha significado, ni mucho menos, un detente a las ambiciones de invasión a Ucrania, como se ha dado en este momento.
La globalización, en este sentido, tiene que ser re pensada en los términos en que se había planteado hacia finales del siglo XX, y tendría que plantearse de verdad cuál es el área en donde realmente todo tiene que ser negociado y no sólo seguir haciéndolo con gobiernos autoritarios, fortaleciéndolos, pero en detrimento de las libertades humanas y de las libertades internacionales de otros países.
Una de las grandes lecciones que debemos aprender, no sólo el caso de los chinos en pandemia, sino también de los rusos invadiendo Ucrania.
