El tiempo no pasa sino vuela, dos semanas más y celebramos el nacimiento de Jesús para luego el cierre de los 365 días de lo que fue el 2024, qué cómo para cualquier ser humano del mundo pudo haber sido un buen o mal año. Y cómo es habitual para cerrar uno y abrir otro paquete más de días, semanas y meses o para recordar el aniversario de quién o lo que sea apelamos a hacer ruido usando fuegos artificiales o “música” a feroces decibeles.
Sin ser conscientes o pensar en cómo estarán o sentirán nuestros vecinos, carecemos de empatía por nuestra comunidad en fechas fundamentales para el mundo que buscamos sobre todo paz, calma y estar libre de ruidos, riesgos o amenazas a nuestra integridad o propiedades. Todo eso siempre debe ubicarse en segundo lugar ya que lo único que vale es nuestra salud y vida, la nuestra, cómo la de nuestra familia, entorno de seres queridos es el momento para estar juntos y celebrarla Navidad.
Muchos quieren tener seguridad, calma, alegría y las condiciones que no molesten sino hagan posible materializar el regocijo, júbilo y contento entre quienes nos juntemos para celebrar en calma el cumpleaños del “nazareno” y el fin de un año y apertura de otro que siempre esperamos sea mejor que el que termina. Cómo todos los años viejos y nuevos que hemos tenido no fueron perfectos, característica imposible para quien o lo que sea que creamos pueda alcanzar ese nivel inviable.
Debemos lograr eliminar o reducir la cantidad de ruido que los seres humanos hacemos en las futuras fechas de celebración, estruendos que no solo pueden dañar nuestros oídos y mente sino ser víctima de otro tipo de estruendos cómo la suciedad, robo o violencia en cualquiera de sus variables. Todo ello no son sonidos desagradables, más pueden volverse en experiencias fastidiosas si dañan nuestra vida o salud.
Efectos negativos en la salud
Por eso recomiendo atención y cuidado con la práctica de la pirotecnia, que es la técnica de la fabricación y utilización de materiales explosivos o fuegos artificiales que al ser usado de manera descontrolada puede hacer que tengamos;
- Estrés y ansiedad
- Alteraciones del sueño
- Irritabilidad, nerviosismo, frustración o enojo
- Mayor sensibilidad al estrés
A su vez debemos entender que existen personas y animales que son muy sensibles al alboroto sonoro cómo los niños y quienes sufren de autismo, una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, quienes sufren de autismo pueden ser más sensibles a ruidos fuertes que otras personas, lo que se conoce como hipersensibilidad auditiva, y por ende afectar su comportamiento o respuesta a lo que perciban sus oídos.
En Paraguay se estima que hay entre 133.000 y 150.000 personas con autismo, que más allá de la cantidad de personas que sean lo que debemos tener en cuenta es que existen y quieren y deben pasar estas fiestas cómo todos sin riesgo, peligro o intimidación a sus vidas.
A su vez esta oportunidad de celebrar sin ruido me lleva a pensar en el 2025 y cómo poder vivirlo sin bullicio o lo que nos inquiete y por ende nos lleve a alterarnos y alterar nuestros entornos familiares o laborales, no se trata solo de atender nuestro comportamiento o acciones festejando algo en particular sino lo que hagamos en el futuro de nuestras vidas y tener en cuenta de cómo puede influir nuestro hoy en el mañana que tengamos o pretendamos tener si superamos las 24 horas del día. Uno, que se hace cómodo no solo cómo nos luzcamos, olamos o si hayamos comido algo apetitoso, sino sobre todo si no hemos pasado vivencias estruendosas.
Deseo al lector de este espacio en nuestro sitio unas fiestas sanas, felices y sin nada que moleste para que su año 2025 sea uno exitoso, cómodo, feliz y libre de todo tipo de complicación y con pocos estruendos.