La vida de cualquier ser vivo es importante, más en ese grupo existen seres que no solo necesitan respeto, cariño, integración y vínculo en proyectos que tengan en común con otros grupos de seres vivos en el planeta. uno que desde hace tiempo ha tenido un mal hábito de terminar con la vida de mujeres o también conocido cómo feminicidio. Causas culturales, sociales, económicas y políticas explican la alarmante situación. Hay que «cambiar la desigualdad estructural que nos hace vulnerables a la violencia», aseguran expertas.
Cada día son muchas las asesinadas por razones de género en América Latina y el Caribe. Así lo indican las cifras proporcionadas por la CEPAL para el último año. Lo que nos hace una región mundial peligrosa para el género que dirige familias, empresas y en algunos casos hasta países. Solo pongase a pensar en sus abuelas, madres, hermanas,primas tías y mujeres que sean importantes en su vida afectadas por este problema que preocupa a sociedades que pierden a mujeres importantes para su existencia.
Las mujeres que estuvieron y/o están a nuestro lado para cuidarnos y darnos un motivo para seguir con vida. Una que empezada debe tener referencias que marquen lo que está bien y mal para cualquiera en el planeta. Por dicho motivo se plantean soluciones cómo un “cambo cultural” asegura Leticia Bonifaz, relatora para América Latina del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de Naciones Unidas (CEDAW, por sus siglas en inglés), también dijo que «mientras haya hombres que se crean con derecho a maltratar y matar mujeres, la violencia no cesará.
Mucho por avanzar
A lo cultural también apunta en sus reflexiones la socióloga peruana Liz Meléndez, directora ejecutiva del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, a lo que agrega que «Hay una cierta tolerancia a formas de violencia que se invisibilizan, e incluso cierta culpabilización de las víctimas por sus propias tragedias, como si las mujeres no debiéramos hacer tal o cual cosa, o tuviéramos que ser nosotras las que nos tenemos que cuidar de no sufrir violencia”.
Según la historia en 1867 las mujeres protegieron y defendieron la patria en la guerra de la triple alianza, donde perdieron la vida 116.351 paraguayos, de ellos 71.224 eran mujeres y 34.051 hombres de una población de 1.300.000 personas. Eramos pocos comparado a la población actual del país. Uno que tiene varios vicios y uno de ellos es el feminicidio, que cómo cualquier homicidio no trae consigo nada positivo para el presente y menos para el futuro de entornos sociales en los que existan mujeres.
Ellas valen mucho o diría demasiado no solo por cómo se vean sino sobre todo por cómo piensan y sienten para los círculos sociales que integren.
El 2023 cerró con 45 víctimas de feminicidio en Paraguay, asesinadas por un pariente o allegado. «Creo que la violencia es una herramienta para mantener el lugar de subordinación de las mujeres en la sociedad”, sostiene, por su parte, la feminista colombiana Catalina Ruiz Navarro, directora de la revista feminista latinoamericana Volcánicas. La misma tiene razón en lo que y cómo piensan estas personas a quienes calificamos erróneamente de “feminazis” solo por defender a su género, uno que trae vidas al mundo y en ocasiones es el único que se ocupa de los hijos. que también es una forma de violentar a la mujer.
También añade que «La razón por la cual la violencia contra las mujeres es estructural, es porque hay una desigualdad estructural”, continúa su razonamiento. «Si no se atiende esa desigualdad, que es lo que nos hace vulnerables a la violencia, nos quedamos en la reacción, lo cual es necesario, pero no resuelve el problema”Feminicidios preocupantes